Se repite hasta la saciedad que en 2050 la población mundial habrá aumentado hasta superar los 9.000 millones de habitantes. Y que sus necesidades de alimentación tendrán que saciarse con prácticamente la misma superficie agrícola que ahora existe. Por eso la única solución posible a esta realidad es "producir más por hectárea", un objetivo que solo podrá conseguirse con investigación. De esta exigencia futura no escapan los cereales, pilar esencial de la alimentación humana, ya que proporcionan el 44% de las calorías que consumen los humanos.

Así lo advierten los coordinadores de la Red de Excelencia de Fisiología del rendimiento y la calidad para la mejora de cereales, que en una reunión celebrada en Zaragoza han firmado un manifiesto en el que urgen a la elaboración de un programa español de investigación en cereales con el que dar respuesta a los retos que tiene planteado el sector. Pero "aquí no vale el famoso ‘que inventen ellos’, porque dónde se haga esa investigación sí importa y mucho", señala el manifiesto, en el que sus firmantes dejan claro que "la investigación en física o en ingeniería, por ejemplo, se puede diseñar en cualquier lugar y los resultados valen en todo el mundo, incluso un coche diseñado en Alemania o en España puede ser igual en todas partes". Sin embargo, esta afirmación no puede aplicarse a los cultivos. Y es que, señalan, una variedad de trigo con altos rendimientos en Alemania puede funcionar peor en España o viceversa, porque "los genes que optimizan la adaptación al medio ambiente son distintos en cada país". O dicho de otra manera, las mejores variedades para España solo se pueden obtener en España.

Esta circunstancia se ha entendido perfectamente en países como Alemania, el Reino Unido o Francia, donde se han puesto en marcha programas nacionales de investigación en trigo y otros cereales. Y en ellos, explican estos expertos, los mejores grupos de investigación pública y las empresas privadas colaboran estrechamente para explorar la diversidad genética, mejorar las variedades, responder a las demandas del mercado, proteger a los cultivos de plagas y patógenos y hacer frente al cambio climático.

"España no puede quedarse atrás en este área estratégica para la alimentación mundial frente a los países líderes de Europa", recoge el manifiesto, que insiste que para ello el país cuenta con tres "armas fundamentales". Porque, como señalan los investigadores, posee la mayor riqueza génetica de Europa en cereales, cuenta con grupos públicos de investigación de un nivel excelente y dispone de un sector agroalimentario muy competitivo y con vocación exportadora.

Por eso urgen "a establecer un programa español de investigación en cereales, para aumentar la producción y la calidad de los mismos en respuesta a los estrés climáticos, para reforzar la industria nacional con la producción de variedades adaptadas y distintas, y para dotarnos de liderazgo internacional en la materia", subraya el manifiesto.

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