El sentimiento de estupor y conmoción ha recorrido esta mañana la Catedral de Barbastro en el funeral celebrado por Felipe Moreno (89 años) y Lidia Salinas (83), el matrimonio octogenario que fue encontrado muerto en extrañas circunstancias este domingo en su domicilio.

En torno a un millar de personas han arropado a los cinco hijos del matrimonio y a sus familias para darles su más sentido pésame por un luctuoso suceso que ha dejado conmocionada a la ciudadanía de la capital del Somontano.

La homilía la ha oficiado el vicario general de la diócesis Barbastro – Monzón, Ángel Noguero, acompañado por dos sacerdotes. Entre los asistentes varios militares que compartieron su actividad profesional en el Cuartel General Ricardos con el teniente coronel Moreno, y muchos amigos de este matrimonio que era muy conocido y apreciado en la ciudad del Vero.

Los cuerpos ya descansan en el cementerio de Barbastro.

Todos los asistentes se mostraban consternados por este hecho al que no encuentran explicación.

Parece que se desvanece una de las hipótesis iniciales, la del suicidio, por la violentas heridas en el cuello, que les causaron la muerte.

El juez de Barbastro decretaba el lunes el secreto de actuaciones por lo que nada ha trascendido sobre este caso, que sigue investigando la policía judicial de la Guardia Civil.

Otra de las hipótesis, la del móvil del robo, la descarta la familia, ya que según un allegado a esta el hijo que descubrió los cadáveres y que reside en Barbastro no ha echado ningún objeto en falta en el domicilio, sito en el piso segundo del inmueble 4 de la calle de Academia Cerbuna. Ninguno de los vecinos oyó ningún ruido ni grito.

De momento la Benemérita está tomando declaraciones a los hijos del matrimonio para tratar de esclarecer los sucedido. Desde la Guardia Civil recalcan que mantienen todas las líneas de investigación abiertas.

Cabe recordar que el descubrimiento de los cadáveres tuvo lugar en la tarde del domingo, pasadas las 17.00, cuando un hijo fue a visitarlos alertado por otro hermano que no conseguía localizarlos. Los cuerpos aparecieron tumbados en la cocina con signos de cortes violentos en el cuello.

La autopsia tuvo lugar en el Instituto Anatómico Forense de Huesca el lunes y de momento nada ha trascendido sobre las características de estas muertes.