Escabechados de primera calidad desde Lagueruela

La localidad de la comarca del Jiloca saluda la aventura empresarial de Laurel y Tomillo y estudia la viabilidad de nuevos cultivos para redimensionar el panorama de su producción agrícola.

Una vecina pasea por una calle de Lagueruela al atardecer.
Una vecina pasea por una calle de Lagueruela al atardecer.
Laura Uranga

Lagueruela está en la comarca del Jiloca, una de las más numerosas de Aragón en cuanto a municipios, pero históricamente pertenece a la Comunidad de Daroca y la sesma de Barrachina. Su castillo es Bien de Interés Cultural desde 2006; de su estructura quedan hoy en pie dos torreones, uno mejor conservado que el otro; la edificación formaba parte de una línea defensiva consagrada a proteger la depresión del Ebro, con la vecina Cucalón o Huesa del Común como otros integrantes de ese conjunto. Hoy en día tienen el Damocles de la despoblación relativizado por ocho infantes en un pueblo –se escolarizan en Calamocha, a 30 kilómetros, y hay autobús– de algo más de 80 habitantes censados, aunque en invierno la población regular pase ligeramente de 30 personas.

Ángel Lahuerta es el alcalde de Lagueruela desde 2015. Como tantos otros recién llegados a la vida política en el entorno rural, aterrizó en el puesto de manera un poco accidental, hecho que reconoce sin ambages. "Ya sabes como es esto; no había nadie para presentarse, nos presentamos y ahí estamos. Para la próxima legislatura aún no sé seguro lo que haré, pero no soy de los que se quejan de la tarea; la verdad es que ha sido una buena experiencia en lo personal, sin grandes problemas en el día a día, aunque evidentemente este pueblo y muchos otros de la provincia tienen problemas serios. Es bueno apoyar a la gente en todo lo que uno pueda".

Ángel es agricultor y ganadero por tradición familiar, aunque esta segunda tarea la ha dejado un poco de lado para comenzar con Laurel y Tomillo, negocio de escabechados (laurelytomillo.es). Se ha lanzado a la piscina emprendedora junto a su mi mujer, Andrea Iorga, y su hermana Susana. "Se nos ocurrió la idea hace ya unos años, porque no queríamos seguir con lo de siempre, había que buscar alternativas. Hicimos un estudio de viabilidad, fuimos preparándolo todo cuando vimos que había mercado y nos hemos lanzado este año, en primavera. Nos dedicamos a hacer escabechados de gama alta: codorniz, perdiz y conejo, en bocados, muslitos y virutas".

La autoexigencia en esta aventura lleva al terceto a dos decisiones: usar materia prima de calidad superior y, siempre que sea posible, de la tierra. "Además de la carne, y entre otros productos aragoneses como el aceite de Bierge en el Somontano, usamos trufa negra de la provincia de Teruel. Estamos muy contentos. Nuestros productos se va vendiendo por todo Aragón, y también hemos entrado en Navarra. Además, tenemos tienda virtual. Todo se hace desde aquí, eso lo teníamos claro. En el pueblo no hay más empresas en este sector, pero también en agricultura y ganadería ha aparecido gente con ganas de cosas nuevas".

En lo tocante al patrimonio natural del municipio, destaca el valle del Huerva, que discurre por el término municipal de este a oeste, muy cerca su nacimiento. Parte del término municipal está dentro del Lugar de Interés Comunitario (LIC) Sierra de Fonfría, donde abunda el roble y el matorral con sabinas. El jabalí, el gato montés y el zorzal son los representantes más abundantes de la fauna en el entorno local. En las redes sociales de Lagueruela, el más activo es Pedro Crespo, encargado de dar voz a las actividades socioculturales del pueblo y toda la comarca. La Asociación Cultural la Tonda realiza una gran labor a la hora de plantear actividades durante todo el año.

El bar de Elisa y Antonio

En el sector servicios hay que hablar del bar, ya que actualmente no se cuenta con alojamientos rurales o tienda de abastos. Antonio Roldán y Elisa Palacián lo llevan desde hace siete años. La hermana de Elisa lleva El Rebollar –alojamiento, restaurante y centro de asistencia de BTT– en la vecina localidad de Bea. "El bar –apunta Antonio– fue la solución laboral para ambos; estamos muy contentos de participar en todo lo que se va haciendo en el pueblo". "Mi abuela –explica Elisa– era una de las carniceras del pueblo; mi padre se fue a Zaragoza a estudiar con doce años, y después marchó toda la familia allá. Con el bar hemos tenido la ocasión de volver. Bueno, yo, porque Antonio es andaluz, pero ya se siente un poco turolense. Este es un buen lugar para vivir".

El pistacho, una apuesta a futuros que puede cambiar el panorama del agro local

Un vecino de Lagueruela, José Luis Hernández, se ha atrevido este año con la tarea de ponerle el cascabel al gato agrícola. El envite ha sido una plantación de pistachos, que de momento tiene carácter experimental. "A ver, es cuestión de quejarnos o probar. Yo tengo claro que hay que cambiar cultivos, porque con el cereal vamos cada vez a peor. También tengo almendros, pero siempre sentí curiosidad por el pistacho; en Ciudad Real llevan muchos años trabajándolo, y hay gente que con 20 hectáreas está haciendo mucho dinero allá, con regadío a goteo, se vende a 8 euros el kilo en el campo. He puesto 700 para ver si este terreno lo aguanta bien; me dijeron que sí, porque allá hay plantaciones a 900 metros y funciona. Aquí la tierra es muy buena: a ver qué pasa. Injerté 500 en la primavera y puse 200 ya injertados, para saber lo que agarra mejor. Me los vendió un ingeniero de Ciudad Real, son de floración tardía; asusta porque no brota nada del palito al principio, pero hay que tener paciencia. La gente está esperando por aquí a ver cómo sale el experimento –ríe– y habrá que esperar unos años para pensar en producción, pero... bueno, ya os contaré". La curiosidad de José Luis ha tenido respaldo académico en Aragón; uno de los últimos, del cual se hizo eco el programa ‘Tempero’ de Aragón Televisión hace unos meses, fue un curso sobre el cultivo del pistacho celebrada en Ibercide (Centro Ibercaja de Desarrollo Empresarial), y que contó entre sus ponentes con Juan Marín, responsable del grupo de investigación ‘Biología del desarrollo y material vegetal en frutales’, y especialista en este cultivo.

Los imprescindibles

Fiestas y romerías

Las patronales se celebran a mitad de agosto en honor a San Joaquín; hay romerías a dos ermitas, el Santo Sepulcro (junto al castillo, foto) y La Tonda, ermita entre Lagueruela y Collados, único edificio en pie de un antiguo poblado.

La Virgen del Rosario

Retablo conservado en la parroquia, con tres calles; la central, de mayor anchura. El cuerpo presenta la calle principal flanqueada por columnas lisas, y varias esculturas. La mazonería presenta motivos de rocalla y espejos.

En el siglo XVIII

Entre los notables de Lagueruela hay dos nombres que aparecen en las crónicas del sigloXVIII:el pintor Juan Marín y el misionero agustino Fray Pedro de la Purificación, que ejerció su misión en Filipinas.

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