Mejor que un banquillo, una mediación

En Aragón, la asociación ‘¿hablamos?’ media desde 2005 en conflictos penales, una herramienta que la Administración fomenta porque ahorra recursos públicos.

El juicio por la presunta violación se celebró el pasado lunes en la Audiencia Provincial de Zaragoza a puerta cerrada.
Audiencia Provincial de Zaragoza
Heraldo.es

La mediación en el ámbito judicial es un valor al alza en Aragón. El objetivo principal de esta herramienta es la reparación del daño causado a las víctimas, la sociedad y los propios agresores por un conflicto penal. A la vez, la mediación se presenta como la gran aliada para aliviar la carga de trabajo en los juzgados y tribunales españoles, que sufren la cuarta mayor tasa de litigios por persona de los 37 países que forman la OCDE.

La mediación pone freno a la entrada de asuntos en los juzgados porque evita que los ciudadanos que mantienen un conflicto lleguen ante un juez. Esto significa un doble ahorro: de recursos materiales y personales, por un lado, y de tiempo para todas las partes, por otro. De ahí que en los últimos años se esté potenciando su implantación.

En abril de 2005, en Aragón se constituyó la asociación ‘¿hablamos?’, una organización sin ánimo de lucro dedicada a la mediación. Desde ese año, y hasta 2017, los miembros de ‘¿hablamos?’ estaban en cinco juzgados de tres partidos judiciales aragoneses: Zaragoza, Huesca y Calatayud. A lo largo de 2018, su presencia se ha multiplicado hasta llegar a 14 juzgados de una decena de partidos.

Las mediaciones se registran, sobre todo, en los juzgados de instrucción (aquellos que enjuician los delitos menos graves, las antiguas faltas), aunque ‘¿hablamos?’ ya ha conseguido abrirse las puertas de tres juzgados de lo Penal, "lo cual es muy esperanzador", según la asociación.

La ampliación del área de influencia ha sido fruto del propio empeño de los profesionales de la asociación –"hemos recorrido todos y cada uno de los partidos judiciales de la Comunidad", afirman desde la asociación– y también del impulso que ha recibido desde las instituciones públicas.

Entre amigos, vecinos, familia...

El año pasado, la dirección general de Justicia e Interior del Gobierno de Aragón financió varios proyectos piloto en materia de mediación y este año, las Cortes de Aragón, aprobaron una proposición no de ley en la que instaban al Ejecutivo autonómico a fomentar la mediación penal y la justicia restaurativa.

De acuerdo con los datos facilitados por la propia asociación, a lo largo de 2018 han realizado en Aragón 25 mediaciones intrajudiciales. De ellas, el 43,8% terminó con acuerdo entre las partes. Entre las reparaciones hay tres tipos la moral y ética, la relacional y la económica. La más común es la primera, de hecho, este año ha habido cinco.

La asociación ‘¿hablamos?’ media entre familiares, compañeros de trabajo, amigos... y cada intervención es un mundo. Las estadísticas de trabajo reflejan que entre vecinos, cuatro de cada cinco mediaciones acaban en desacuerdo, mientras que entre amigos, el éxito de la intercesión está prácticamente asegurado.

Los delitos más comunes en los que han mediado han sido aquellos que atentan contra la vida y la integridad física (9 casos), la libertad (8), el patrimonio (3), el honor (3) y la intimidad (2). Más de la mitad de las personas que se sometieron a la mediación fueron hombres de entre 24 y 45 años.

Hace unas semanas la asociación que preside Carlos Piñeyroa hizo balance de su actividad en la VI Jornada Justicia Restaurativa y Sociedad Civil, que se celebró en el Aula Magna de la Facultad de Derecho de la Universidad de Zaragoza. Entre otros, asistieron el Justicia de Aragón, Ángel Dolado; el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Aragón, Manuel Bellido; la directora general de Justicia e Interior del Gobierno de Aragón, María Ángeles Júlvez; y la vocal del Consejo General del Poder Judicial para asuntos de mediación intrajudicial, Concepción Sáez.

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