Arquitecto a todas luces

El bilbilitano Sergio Sebastián diseña desde hace 14 años la iluminación navideña de varias calles y plazas de Madrid.

Arquitecto a todas luces
Arquitecto a todas luces
Oliver Duch

El arquitecto aragonés Sergio Sebastián (Calatayud, 1976) ilumina desde el año 2004 la Navidad madrileña con instalaciones que adornan varios de los espacios más populares del centro de la capital, como las calles de Preciados (‘Campanadas’), Fuencarral (‘Serpentinas’), Serrano (‘Bufandas’) o la plaza de Chueca (‘Guirnaldas’)… así como un diseño especial inaugurado el pasado año en el municipio catalán de Sant Cugat del Vallés (‘Campanas’).

Por estas creaciones ha recibido varios premios nacionales e internacionales, aunque en esta faceta de su carrera parece no ser profeta en su tierra ya que, hasta la fecha, Sebastián no ha tenido la oportunidad de materializar este tipo de proyectos en Aragón.

En la capital aragonesa, la Navidad es más ‘oscura’ que en otras ciudades españolas. Con un presupuesto de unos 100.000 euros para iluminación, Zaragoza se queda a dos velas comparada con otras capitales como Cádiz, Málaga o Ceuta, que el año pasado superaron seis veces esa cantidad para luminarias; y queda a años luz de Madrid, que destina a este concepto una cifra que ronda los 2,2 millones de euros.

Como novedad, este año el Ayuntamiento de Zaragoza invertirá en la calle de Don Jaime I 30.000 euros en nuevas luces para esta vía, a modo de compensación por los trabajos de elevación de la calzada decretados sin haber consensuado la medida con los vecinos y comerciantes de la zona.

A los diseños del arquitecto aragonés en Madrid se iba a sumar este año una nueva propuesta para la plaza de Canalejas “pero finalmente no se ha llegado a ejecutar porque se encuentra en obras y eso nos ha impedido llevarla a cabo. Pero es posible que el año que viene lo retomemos”, comenta Sebastián.

Las luminarias de Madrid son un atractivo añadido durante estas fechas. En este sentido, la capital va por delante del resto y cuenta con propuestas como el Naviluz, un bus turístico de dos plantas que recorre las principales arterias madrileñas para contemplar la tradicional iluminación navideña.

Respecto a la posibilidad de que alguno de sus diseños luzca algún día en la capital aragonesa, el arquitecto revela que “existe interés por parte de la Cámara de Comercio de Zaragoza. Para ello, se ha llegado a elaborar un plan para actuar en distintos espacios del Casco Histórico con pequeñas intervenciones que incluso pudieran servir para vertebrar una ruta”.

Esta idea surge “como una manera de fomentar que los ciudadanos no solo paseen por las principales vías del Casco Histórico. No es necesario iluminar una calle enorme aunque por supuesto para una tan significativa como la de Alfonso I hicimos una propuesta”, añade.

Iluminación navideña de la calle de Don Jaime I, en los años 60. Foto: AHMZ/Gerardo Sancho

Sebastián opina que las calles y plazas de la ciudad están llenas de posibilidades. “El centro de Zaragoza es uno de los mejores espacios comerciales que podemos tener: práctico, cómodo, lleno de vida… y habría que fomentarlo en mayor medida. Es lo que intento proponer siempre con mis instalaciones: establecer una forma amable de relacionarnos con la ciudad, alejados de las prisas, que la podamos disfrutar. Y qué mejor momento que la Navidad para valorar todas estas cosas”, apunta.

“Zaragoza tiene todos los ingredientes: un tamaño adecuado, mucho patrimonio y una escena urbana del centro histórico que es magnífica. En cuanto a iluminación navideña, creo que se puede hacer mucho en Zaragoza”, añade.

El arquitecto Sergio Sebastián, en su estudio. Foto: Oliver Duch

La luz es una constante en el trabajo de Sebastián, desde sus inicios. “El primer diseño que hice, hace ya muchos años, fue una lámpara. Intento mantener esa línea de mi trabajo viva porque creo que resulta muy espontánea, un ejercicio casi inmediato. “El proceso de una instalación lumínica se asemeja a la creación de una pequeña instalación artística. El paso es inmediato. No es como una obra arquitectónica cuyo proceso resulta más complejo, acordado y conciliado entre muchos agentes. Trabajar con la luz implica un procedimiento más directo que va de tu idea a la construcción”, explica.

El estudio de arquitectura de Sergio Sebastián concibe cada instalación “casi como un proyecto de arquitectura. Por ejemplo, en ‘Campanadas’, en la calle de Preciados, había que sincronizar las luces con el reloj de la Puerta del Sol. Realizamos un estudio de toda la calle porque al final no se trata de una mera repetición de motivos. Sabemos exactamente dónde va cada uno de los arcos, desde el primero hasta el número 70, cuánto miden y qué factores responden a la hora de colocarlos. Todo está pautado y medido”, subraya.

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