Reorientar el Plan Miner

El programa de ayudas del Gobierno central beneficia en Aragón más a los pueblos limítrofes que a los mineros.

La concentración ha tenido lugar a las puertas de la térmica de Andorra.
Concentración a las puertas de la térmica de Andorra.
Jorge Escudero

El Plan Miner, destinado a generar actividades alternativas a la extracción de lignito, ha subvencionado en Aragón más inversiones en pueblos no mineros que en municipios con minas. La orientación de las ayudas debe corregirse para centrarse en los lugares que se enfrentan ahora a un grave problema con el previsto cierre de las últimas minas y de la central térmica de Andorra.

La subvención aportada por el Gobierno central durante los últimos cuatro años ha apoyado en Aragón proyectos con un presupuesto global de 158 millones de euros, de los cuales 60 corresponden a municipios que tienen o han tenido minas en las últimas décadas y 98 a localidades limítrofes. Hay que modificar este desequilibrio. La catástrofe económica y demográfica que supondría el cierre de la térmica en la comarca de Andorra exige una urgente reorientación de las ayudas empresariales y de las inversiones en infraestructuras. Aunque hay que perseverar en evitar el cierre de la central, también hay que mirar a largo plazo y crear políticas eficaces de desarrollo que frenen la desertización de Teruel y sus comarcas. Se han perdido muchos años durante los cuales se hubiera podido preparar una reconversión justa y razonable del carbón y de la térmica, poniendo los cimientos para una nueva etapa económica en la comarca. Los mil millones de euros del FITE y del Plan Miner, a lo largo de veinte años, no han conseguido revertir la decadencia demográfica de la provincia de Teruel.

Frente a la dispersión de recursos en áreas alejadas de las minas es preciso poner en marcha un cambio normativo que centre los esfuerzos para atraer empresas a los pueblos con explotaciones de carbón, algo que no recoge el recientemente aprobado Plan Miner 2019-2027. Además, los municipios afectados deberán ser mucho más proactivos para captar esos proyectos empresariales que acuden a zonas limítrofes.