Tradición hecha cultura

La Ruta del Tambor y el Bombo del Bajo Aragón ya es para la Unesco Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

Momento de Romper la Hora en Híjar, localidad de la Ruta del Tambor y el Bombo.
Momento de Romper la Hora en Híjar, localidad de la Ruta del Tambor y el Bombo.
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La UNESCO ha incluido ‘Las Tamboradas, rituales de toques de tambor’ en su Lista del Patrimonio Cultural de la Humanidad, incluyendo la que se realiza en nueve localidades bajoaragonesas de la Ruta del Tambor y el Bombo, además de en otros puntos de España. Este relevante reconocimiento pone en valor la riqueza cultural de esta tradición, tan ligada a la Semana Santa aragonesa.

El estruendo de instrumentos de percusión que invade cada Jueves Santo las calles de Albalate del Arzobispo, Alcañiz, Alcorisa, Andorra, Calanda, Híjar, La Puebla de Híjar, Samper de Calanda y Urrea de Gaén goza ya del máximo reconocimiento internacional para una manifestación cultural. También entra en el catálogo de la Unesco la técnica de construcción de piedra seca, utilizada en Aragón y otras regiones españolas, así como en varios países mediterráneos. La Ruta del Tambor del Bajo Aragón es el resultado de un esfuerzo conjunto de personas voluntarias, de parroquias y de hermandades que busca el mantenimiento de esta tradición enlazando una generación con la siguiente. Y también lo es en Zaragoza y en otras poblaciones de la Comunidad, donde decenas de miles de cofrades dan vida a la celebración más completa en imágenes de la pasión e instrumentos.

El reconocimiento universal que ha obtenido la ruta del Tambor encierra una lección que la sociedad y los poderes públicos harían bien en asimilar: frente al cálculo basado en el beneficio particular a corto plazo o en el rédito político inmediato, el cuidado riguroso de nuestras tradiciones culturales y nuestro patrimonio resulta a la larga muy rentable social y económicamente. No se trata solo de convertir este rico patrimonio en un reclamo turístico, sino también de utilizarlo como fuente de conocimiento y, sobre todo, como forma de aumentar una vertebración social en la actualidad más necesaria que nunca tanto en Teruel como en Europa