Los presupuestos municipales de Calatayud contarán el próximo año con una partida dedicada exclusivamente a desarrollar acciones en materia de infancia y otra a juventud. Así se ha dado a conocer esta semana en Oviedo, en la entrega de los sellos que distinguen a localidades de toda España como ‘Ciudad Amiga de la Infancia’.

El pleno municipal ha dado luz verde a unos presupuestos que aumentan en un 4,7% respecto al año pasado, con un importe total de 22,7 millones de euros, algo más de un millón más que en 2018.

Parte de esta suma se va a destinar a materia de infancia y juventud, distinguiendo entre ambos colectivos. Esta segmentación permitirá, según ha explicado la concejal de Juventud y Participación Ciudadana, Simona Dragan, “disponer de un margen de actuación mayor para realizar actividades”.

Este es uno de los pasos que la localidad da en su objetivo de favorecer el pleno desarrollo de la infancia y a juventud. Este propósito es uno de los méritos que le ha valido a Calatayud para renovar su sello de Ciudad Amiga de la Infancia, un reconocimiento que otorga Unicef y que la localidad obtuvo por primera vez en 2014.

El título se creó en 2001 con el objetivo de promover la aplicación de la Convención sobre los Derechos del Niño en las localidades españolas. Para formar parte de este programa de ciudades amigas de la infancia, Unicef exige haber realizado un diagnóstico previo sobre la realidad de la infancia y la adolescencia, así como elaborar un Plan Local de Infancia y contar con una partida presupuestaria para este colectivo, entre otras acciones.

Calatayud cumple con todos estos requisitos y, ahora, da un paso más, con la distinción de partidas económicas entre infancia y juventud. Esto permitirá ofrecer acciones más específicas para cada tipo de público y contribuir mejor al desarrollo de niños, por un lado, y adolescentes, por otro.

Este interés por parte del Ayuntamiento en mejorar la calidad de vida de los jóvenes es percibido por ellos mismo ya que, según ha indicado el alcalde bilbilitano, José Manuel Aranda, el colectivo “está comprometido con el proyecto, ya que percibe que sus solicitudes y contribuciones son escuchadas y llevadas a cabo”.

Ejemplo de peticiones materializadas es, entre otras, la creación de rutas escolares seguras, para que los alumnos puedan ir solos al colegio con seguridad. Los caminos se marcan con colores en función del centro escolar al que se tenga que ir.

Además, Calatayud ha sido sede de encuentros de jóvenes miembros de Consejos de la Infancia de todo Aragón, como el celebrado hace dos años y al que asistieron alrededor de 200 jóvenes consejeros.

De la mano de Unicef, en esta misma línea, en diciembre, un miembro del consejo de Calatayud se desplazará a Ginebra para participar en la reunión organizativa de un encuentro internacional de participación infantil y juvenil.