La DGA exime por primera vez de Educación Física a una alumna por riesgo para su salud

Comienza a aplicar una nueva norma que permite a los alumnos no tener la obligación de cursar la asignatura. Padres de niños con patologías severas llevan años reclamando esta medida.

Clase de Educación Física en el colegio Zaragoza Sur el pasado curso.
Clase de Educación Física en el colegio Zaragoza Sur el pasado curso.
Raquel Labodía

El Departamento de Educación ha eximido de la asignatura de Educación Física a una alumna de 6º de primaria del colegio El Espartidero de Zaragoza que padece una cardiopatía congénita que provoca que el ejercicio suponga un riesgo vital para ella. El caso de Gabriela Espallargas es el primero de la Comunidad, según han confirmado fuentes del Ejecutivo autonómico, en el que se aplica la orden publicada el pasado mes de junio por la que se regulan las actuaciones de intervención educativa inclusiva para Alumnos con Necesidades Específicas de Apoyo Educativo (Acneaes).

Hasta ahora, a casos como el de Gabriela, pese a su excepcionalidad y los cuidados especiales que recibe, se le aplicaba una Adaptación Curricular Significativa, de tal forma que las clases se adecuaban a sus posibilidades y se le evitaba hacer la parte de ejercicios físicos. La principal diferencia es que al final del curso se le tenía que evaluar y calificar la asignatura y a partir de ahora en su expediente académico solo aparecerá que está exenta.

La nota puede no ser relevante en primaria, pero sí en la ESO en la que el número de suspensos es importante para obtener el título, ya que se puede conseguir en junio teniendo dos asignaturas suspensas (mientras que no sean Matemáticas y Lengua Castellana y Literatura).

En primaria, la nueva normativa contempla la posibilidad de la "exención parcial extraordinaria" cuando exista un informe médico oficial que recomiende evitar "la realización de actividades que supongan un riesgo vital para el alumnado o una previsible situación de emergencia".

Mientras, en las etapas de educación secundaria y bachillerato esta actuación va dirigida al alumnado con discapacidad sensorial o física o "cuando alguna circunstancia, debidamente acreditada, así lo aconseje". La orden establece que podrán solicitarse las exenciones que se estimen oportunas "en las materias relacionadas directamente con su discapacidad, de manera que la parte eximida no afecte sustancialmente a los objetivos generales de la etapa".

Fuentes de Educación han señalado que previsiblemente habrá algún otro caso de exención de Educación Física, aunque de momento el de Gabriela ha sido el pionero. Hay que pensar en niños que tienen otras enfermedades como la de los ‘huesos de cristal’ –la osteogénesis imperfecta que se caracteriza por una deficiencia en la producción de colágeno y que provoca una fragilidad excesiva en los huesos–, o la piel de mariposa– una dolencia genética muy poco frecuente, epidermis bullosa, que se caracteriza por la extrema fragilidad de la piel–.

"Estamos muy aliviados"

Desi Gutiérrez, madre de Gabriela, está encantada, a la vez que "muy aliviada", con esta resolución que va a permitir que su hija no tenga que cursar una asignatura "incompatible" con su enfermedad y "prohibida para ella". Desde que la niña empezó a asistir de forma presencial a las clases en el curso 2016-2017, cuando hacía 4º de primaria, sus padres estaban intentando que se le aplicara una exención de este tipo, algo que no ha sido posible oficialmente hasta ahora.

El director del colegio El Espartidero de Santa Isabel, Ricardo Civera, también se muestra satisfecho con esta medida que, en su opinión, viene a llenar un "vacío" que existía en este tipo de casos y a dar "un amparo legal a una intervención didáctica que ya por parte de los centros se venía haciendo en coordinación con los equipos de orientación educativa". El Espartidero es uno de los 15 centros de atención preferente de discapacidad motora que existen en Zaragoza, Utebo y Calatayud.

Gutiérrez destaca la "gran implicación" del personal de la escuela para encontrar una solución a las necesidades de su hija. Aunque en 4º suspendió Educación Física, en 5º sí participó activamente en las clases con trabajos teóricos y en los juegos de equipo, por ejemplo, gracias a contar con un profesor de apoyo en las sesiones y a la presencia de una enfermera en el colegio. "Para nosotros es una tranquilidad. Ella es muy activa y tiene un espíritu que le lleva a querer hacer lo mismo que sus compañeros, le tenían que decir continuamente que no se moviera y tuviera cuidado", concluye esta madre.

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