Aquellos, estos

Tenemos entre nosotros a muchos niños que llegaron a España en pateras. Debemos construir con ellos un futuro mejor para todos.

Juntos borramos la frontera del aquí y del allá.
Juntos borramos la frontera del aquí y del allá.

Tal vez los demostrativos hayan dejado de marcar la distancia en el espacio y en el tiempo, porque no hay diferencias entre aquellos rostros y estos rostros. Entre los que vemos a través de imágenes y los que están ante nosotros. Unos y otros son rostros de menores que llegan solos a las costas mediterráneas en pateras que reman, a veces, sueños, a veces, muerte. Los hay que no se atrevieron a despedirse de sus familias y tardaron meses o años caminando países hasta que pudieron comprar una balsa y cruzar con ella la frontera de olas anudadas e ilusiones. Otros contaron con el adiós de sus padres que pagaron cuanto tenían para un hueco en una patera bajo noches de vómitos y estrellas ciegas. Los hay que ya no son. Pero, con los que son y están en nuestras aulas cada mañana, intentamos trenzar historias de ‘griots’. O escalar momentos de desánimo y frustración. O escuchar el harmatán tras el latido del cierzo. O dar nombre, de nuevo, a las cosas en castellano o en ‘twi’ o en ‘wolof’. O probamos a danzar sobre los versos de Annette M’Baye d’Erneville o de Siham Bouhlal o de Gloria Fuertes o de María Elena Walsh. O nos esforzamos por conjugar la realidad en futuro perfecto. En esos momentos, olvidamos la diferencia entre los demostrativos, porque juntos compartimos y construimos la mañana. Y juntos aprendemos, borrando la frontera del aquí y del allá. Y juntos imaginamos noches sin estrellas ciegas, días que solo remen sueños en una sociedad más diversa, más plural, más abierta.

María Pilar Benítez es profesora y escritora