La propaganda será lo mejor para presentar a Ordesa en su verdadera forma a los mortales cuyos ojos no pueden ver las numerosas riquezas que muestra este valle llamado ‘Perla del Pirineo’, ‘Arcadia de Aragón’, ‘Templo de la naturaleza’, nombres que nos dan un perfecto sentido de lo que es ese jardín». Así jaleaba el 4 de agosto de 1917 un corresponsal de HERALDO desde Biescas. La rúbrica de ‘O Altitudo’ era precedida de un detallado informe acerca de todas las gestiones llevadas a cabo por Pedro Pidal, marqués de Villaviciosa, para que los lagos de Covadonga y los parajes únicos del Pirineo aragonés fueran declarados parques nacionales. Los desvelos del entusiasta Pidal se vieron premiados en agosto de 1918, cuando Ordesa consiguió esta denominación oficial. Pero hasta dos años después no llegó la inauguración oficial, en una jornada que contó HERALDO con detalle. Desde ese día, este diario ha contado las penas y las alegrías del Parque, las amenazas que se han cernido sobre él, como cuando se quiso inundar el valle de Añisclo, luego integrado en Ordesa; los reconocimientos obtenidos, el descubrimiento de una nueva orquídea en sus praderas... Hace cien años, Ricardo del Arco se quejaba de que no había establecimientos hoteleros para los visitantes y reclamaba que se mejoraran las comunicaciones. Todo eso se ha ido logrando con creces. Y esta semana, con los colores de otoño en su máximo esplendor, destacados expertos se citan en el Parque para celebrar el centenario y, sobre todo para pensar en su futuro.