Paisajes demoscópicos

La encuesta de A+M para HERALDO destaca el papel decisivo que podría alcanzar Ciudadanos como formación para conceder mayorías a PSOE o PP. No obstante, el bipartidismo, aunque desgastado, continúa manteniendo la iniciativa política.

La fragmentación y la volatilidad añaden incertidumbre a la prospectiva electoral.
La fragmentación y la volatilidad añaden incertidumbre a la prospectiva electoral.
Krisis'18

Con un panorama cada vez más volátil, incluso adverso para los sociólogos, los sondeos continúan generando una inquietante conmoción en la vida de los partidos. Los datos ajetrean y desazonan a partes iguales, pero no reparan usos ni comportamientos políticos. Preocupan su interpretación y su acierto, aunque carecen de la fuerza transformadora necesaria que hoy se atribuye a los algoritmos. La incertidumbre, aún no incorporada a la cocina demoscópica, ha hecho que la caducidad de los resultados se acelere y que el tiempo que transcurre entre una encuesta y otra pase a ser determinante para explicar la tendencia del voto. En Aragón, a tenor de lo descrito por la encuesta de A+M que hoy publica HERALDO, Javier Lambán (PSOE) ha logrado rentabilizar su acción de Gobierno. El voto directo, el recuerdo, la simpatía -no la inventada por el presidente del CIS, José Félix Tezanos, que más que simpatía parece enamoramiento ciego- sitúan al presidente de la Comunidad en un amable escenario de claro ascenso e incluso de posible victoria. Respaldado por la corriente nacional procedente de Moncloa, Lambán habría logrado estabilizar un partido que parecía batirse en retirada y que hoy ha recuperado su condición de opción electoral para los más jóvenes. Con un largo trayecto aún por recorrer hasta la cita de mayo y pese a que en la capital zaragozana son superados por los populares, el líder socialista recoge lo que había diseñado y se beneficia de la buena valoración que logra Pilar Alegría (su ‘ticket’ electoral) y de la caída de Podemos, lastrado por Zaragoza En Común (ZEC).

Pedro Santisteve hunde a su formación y hiere de gravedad a Podemos. El alcalde concede sin pretenderlo aire a los populares y con su errática actuación al frente del Consistorio ha alumbrado el que será uno de los combates más interesantes de la próxima campaña: el enfrentamiento entre Jorge Azcón (PP) y Pilar Alegría (PSOE), muy por encima del interés que despierta el choque autonómico entre Javier Lambán y Luis María Beamonte.

La alargada sombra de la negativa actuación municipal de Santisteve no se detendría en sus colores. La izquierda, y este es un fenómeno que se reconoce en la muestra de las Cortes regionales, tendría muy difícil sumar. El regreso de una parte importante de este voto a la abstención y las dudas sobre el futuro de CHA introducen nuevas incógnitas que hablan no solo de la supervivencia de la formación de José Luis Soro sino del equilibro entre izquierda y derecha.

Con la izquierda fragmentada y con el centroderecha sin lograr despegar (erosionado, a su vez, por la aparición del extremismo de Vox que podría colarse en las instituciones), Ciudadanos se descubriría como la formación poseedora de la llave de la gobernabilidad. Aún sin candidatos a la presidencia de la Comunidad ni a las tres capitales, los naranjas mantienen un elevado respaldo en la intención de voto (el histórico de las encuestas realizadas en España siempre infla las opciones de Albert Rivera), tan alto que ya ha activado a populares y socialistas en un empeño anticipado de aproximación.

Aunque PSOE y PP están obligados a cortejar a Ciudadanos, los datos describen que la iniciativa política continúa siendo del bipartidismo. La existencia de una arraigada inercia política que prima a estos dos partidos -también en el sistema de recuento- les permite mantenerse en el entorno del 50 por ciento. Igualmente, su control mayoritario de las instituciones, excepción hecha del Ayuntamiento de Zaragoza, garantiza unos buenos resultados en un mapa político con cuatro formaciones.

miturbe@heraldo.es