En Torremocha del Jiloca se vuela a ras de suelo y por los cielos

El circuito de karts y el aeródromo deportivo son dos grandes alicientes en un municipio agrícola, que también cuenta con un excelente reclamo para los montañeros en la Peña Palomera.

Un grupo de pilotos se alista para los entrenamientos libres cronometrados en el circuito de Torremocha.
Un grupo de pilotos se alista para los entrenamientos libres cronometrados en el circuito de Torremocha.
Laura Uranga

El alcalde de Torremocha del Jiloca desde hace siete años, Feliciano Guillén, es un entusiasta de su tierra y los recursos naturales que la jalonan, con atención especial a la Peña Palomera, también llamada ‘el pico’ en la zona; de hecho, da nombre a la asociación cultural local, que lleva Maribel Simón. El municipio suena en toda España por actividades que tienen que ver con un desplazamiento rápido y no precisamente andariego; el aeródromo, con su escuela de vuelo para neófitos e iniciados, y el circuito de karts, situados a las afueras del pueblo, al otro lado de la Autovía Mudéjar.

Miguel Ángel Pérez es de Teruel, y se encarga –junto a su esposa, Nieves Gracia– de la gestión del circuito desde su fundación, allá por 2006, tras contar con el respaldo entusiasta del ayuntamiento. "El motor me gusta de siempre; el primer recuerdo que tengo de este mundillo son las carreras de motocross en San Julián, el ruido de las motos. Siempre he estado ligado a las carreras, a las motos… no pude correr en serio, porque compré mi primera moto decente a los 27 años y ya era tarde para intentarlo, pero he disfrutado mucho de esto".

El tema de armar iniciativas relacionadas con el motor le viene de lejos al turolense. "Fundé el Motoclub Teruel Sobre Ruedas con otros aficionados locales y queríamos contar con un circuito de motocross en la ciudad, lo que luego acabó siendo el circuito de Caparrates en 2001; contamos con el apoyo del entonces concejal de deportes de Teruel, Julio Esteban. En Los Planos, junto al pabellón, hicimos varias carreras de asfalto con circuito provisional de neumáticos. Después surgió la posibilidad en Torremocha, nos lanzamos todos e inauguramos en julio de 2006 con carreras de ‘supermotard’ y ‘minimotard’".

Miguel Ángel valora la relevancia del circuito de Torremocha al ponerlo en contexto. "Lo que tenemos aquí es digno de mención; estamos en un punto muy accesible para tres comarcas, bien comunicados con Zaragoza y Teruel por la autovía, a un tiro de piedra de Calamocha también. Tenemos una flota de 22 karts de alquiler, muy seguros por su fisonomía antivuelco, y 2 para niños, con todas las precauciones; estamos abiertos de marzo a noviembre los fines de semana y la verdad es que hay buena respuesta. Es un trazado muy grande: cuando abrimos era el de mayor cuerda de España, con 1.300 metros. Además, es muy divertido; tiene curvas rápidas, redondas, enlazadas, una buena recta de meta... ahora hay otros más grandes, el mismo de Alcañiz es estratosférico, lo mismo ocurre en Zuera y varios en la costa, pero mantenemos nuestro prestigio. Antes de 2010 venía mucha gente de Valencia y Cataluña, pero de ahí en adelante se hicieron muchos circuitos".

Video:Torremocha del Jiloca

La copia, extraño piropo

Miguel Ángel ha prestado asesorías a otros emprendedores de los karts y está orgulloso del detallismo y condiciones del circuito de Torremocha, aunque en algunos casos el asunto de la inspiración ajena en el trazado turolense ha ido muy lejos. "Hasta nos han copiado; hay una pista en Italia, posterior a ésta, que es igualita, con los elementos simétricos a la nuestra como si pusieras un espejo. Es el mismo trazado. ¿Plagio? Habría que ver el porcentaje –ríe– pero te digo que solo han cambiado una curva. Cuando vaya, tendrán que dejarme entrar gratis".

La prueba más importante celebrada en Torremocha fue una de las Rotax Series de Karting en 2009. "Vinieron más de 100 pilotos nacionales, estuvieron aquí cuatro días y calculamos un impacto hotelero y de restauración de más de 100.000 euros en la zona, que no está nada mal. En el día a día armamos actividades de empresas, despedidas de soltero, fiestas de gremios o simplemente grupos de amigos que vienen a disfrutar de las carreras, que combinamos si se quiere con paintball y un buen almuerzo. Vienen mucho del aeropuerto de Caudé tuvimos un grupo de publicistas británicos hace poco. Armamos pruebas de resistencia o, si se quiere, un gran premio con entrenamientos libres, calificación y carrera. También entrenan pilotos de las Rotax, el motorista de Manzanera Miguel Marco y, en su día, el mundialista de 250 Álex Debón. Seguiremos mientras tengamos la suficiente estabilidad financiera para no cerrar la puerta. De momento, y sin muchas ayudas, lo vamos consiguiendo".

Y junto a los karts, un lugar perfecto para surcar el cielo

El aeródromo municipal de Torremocha del Jiloca está junto al circuito de karts, y se inauguró en 2001. Allí opera el aeroclub Montes Universales y la empresa A Mil Pies, que regentan el fotógrafo Arturo Polo y la abogada Elisa Fernández, ambos pilotos titulados con experiencia de más de una década. La pareja pasa la primavera y el verano en Alaska, un paraíso de la aviación por mor de su orografía, y vuelven en otoño a Torremocha para acometer en los meses fríos sus clases de vuelo. Se enamoraron del remoto estado de la Unión en unas vacaciones, y ya son varios los años en los que se nutren de experiencias de vuelo diferentes (con especial hincapié en el ‘bushfluying’, con sus aterrizajes en terrenos insólitos) que también vienen organizando allá para grupos selectos de aficionados españoles".

La información para lanzarse a la aventura de volar con Arturo y Elisa está en la web amilpies.com, donde se detallan los diferentes cursos y condiciones para efectuarlos. El cielo es el límite, como decía Tom Petty.

Los impescindibles

Don César Tomás Laguía

Este sacerdote, nacido en Torremocha en 1903, fue maestro de ceremonias en la catedral de Teruel, amén de su archivero. Investigador incansable, publicó diversas obras con el Instituto de Estudios Turolenses. Murió en 1979.

Vía ferrata en la Palomera

La peña, tradicional destino excursionista, cuenta con este nuevo aliciente desde el año pasado. Está a unos seis kilómetros desde Torremocha; el desnivel acumulado de la vía es de 170 metros y tiene una longitud de 265 metros.

Las fiestas

Las patronales se trasladaron al primer fin de semana de agosto, pero se siguen celebrando San Blas y San Roque en febrero con vino español un día y rancho el otro, tradición que viene de la llamada comida de los pobres.

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