La palabra anticoagulado es desconocida para la mayor parte de la población. Sin embargo, cuando se habla de tomar sintrom la cosa cambia. ¿Cuántos aragoneses toman esta medicación?

Unas 32.000 personas toman sintrom, aunque hasta 54.000 sufren de coagulación. Se calcula que hay unos 6.000 sin diagnosticar.

¿Para que se toma un anticoagulante como el sintrom?

Para diluir la sangre y evitar que se formen coágulos. Muchísimos creen que el sintrom cura, pero no cura. Es un tratamiento crónico.

¿Cuáles son los hándicap de los pacientes anticoagulados?

Pueden tener hemorragias y sufrir cardenales con los golpes. Además, deben seguir una alimentación baja en vitamina K (verduras de hoja verde, como la espinaca, la lechuga…). Pero hay que transmitir un poco de optimismo. Puedes hacer una vida normal e incluso practicar deporte. Solo hay que llevar unos controles como toda enfermedad crónica.

Al ser una comunidad más envejecida, ¿la tasa de incidencia en Aragón es mayor?

Lo que está claro es que a partir de los 50 años, las personas que tienen problemas cardiovasculares aumentan. A partir de los 70, al menos el 20% de la población sufre de este tipo de afecciones. La realidad es que cada vez están apareciendo más jóvenes de entre 16 y 18 años que también están teniendo problemas cardiovasculares. Parece que el estrés o el modo de vida los producen.

Ocupa desde hace poco la presidencia de la Asociación de Anticoagulados de Aragón. ¿Cuántos socios tiene y que objetivos se marca?

Unos 400 socios. Queremos dar información a todas las personas anticoaguladas, que conozcan todo lo relacionado con la enfermedad. Hacer folletos, charlas… El objetivo sería llegar a los 5.000 asociados. Además, queremos ser los portavoces ante la Administración.

¿Cuáles son sus reivindicaciones ante el Salud?

Entre otras cuestiones, extender el autocontrol de los pacientes con los coagulómetros, eliminar la extracción por vena y fomentar la punción capilar... Además, reivindicamos una mayor coordinación entre los especialistas para encontrar el mejor tratamiento posible para los enfermos.

¿Cuánta gente cuenta con coagulómetros para poder hacerse ellos mismos las mediciones?

Hay 860 personas y en lista de espera, 400. El problema es la formación. Este año solo se ha enseñado a 34. Creo que podrían acceder a él un 40% de los pacientes. La Administración se ahorraría un 92% del coste.