A pesar del respaldo de sus ventas, Mazda ha decidido poner al día su todocamino pequeño, el CX-3. Una actualización con la que seguir dando guerra en un segmento, cada vez más importante y concurrido.

El fabricante japonés ha pulido algunos detalles, manteniendo el atractivo del modelo. La nueva parrilla frontal incluye lamas de doble anchura, los embellecedores de los antiniebla y el pilar central pasan a estar rematados en negro brillante, mientras que las ópticas traseras, dotadas de tecnología led, combinan ahora formas de anillo y líneas horizontales. Cambios sutiles, a los que se suman nuevas llantas de 18 pulgadas y la incorporación del atractivo color Soul Red Crystal.

Interiormente, al margen de nuevas combinaciones tonales y del empleo de espumas mejoradas en sus asientos, destaca la sustitución de la palanca del freno de mano por un pulsador de tipo electrónico, lo que ha permitido a los diseñadores incluir un apoyabrazos y desplazar a una posición más ergonómica el mando giratorio que controla los diferentes menús del vehículo.

Gama de motores

La gama mecánica del CX-3 incluye dos motores de gasolina de dos litros, con potencias de 121 y 150 CV, y un diésel de 1,8 litros y 115 CV. Los tres propulsores cumplen la normativa Euro 6-D Temp, manteniendo además el mismo nivel impositivo de matriculación que en el caso del modelo precedente.

El pequeño nipón guarda además otro as en la manga, del que no disponen muchos de sus competidores, en forma de versiones 4x4. Así, mientras el propulsor de gasolina de 121 CV se asocia exclusivamente a la tracción delantera, el de 150 CV lo hace a la tracción integral, y el diésel se ofrece con ambas.

En conjunto, sobre el asfalto, el nuevo Mazda mejora ligeramente las, ya de por sí, buenas maneras de su antecesor, gracias a la optimización de suspensiones y dirección. El cambio manual, por su parte, sigue siendo una delicia de manejar, por precisión, tacto y recorridos. Cómo único pero, quizás, un punto más de dureza en extensión, en sus suspensiones, redondearía un conjunto excelente.

En lo que a seguridad se refiere, se han añadido detalles como el retrovisor antideslumbramiento, o un sistema de asistencia a la frenada mejorado, especialmente en modo nocturno. Un CX-3 en definitiva, cada vez más prémium, que si bien no es el más económico, ofrece mucho por lo que cuesta.

Sus precios oscilan entre los 20.645 y los 32.100 euros, cifras a las que pueden restarse algo más de 3.000 euros en descuentos.

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