Heraldo del Campo

"Las buenas prácticas ganaderas tienen que ser algo normal"

El joven ganadero de Escalona, Alberto Fuertes, ha recibido el primer Premio a la Biodiversidad Agrícola y Ganadera de Expoferia de Sobrarbe.

Alberto Fuertes con su rebaño, en plena montaña.
Alberto Fuertes con su rebaño, en plena montaña.
A.F.

Alberto Fuertes lleva toda la vida viendo como su padre, Miguel Ángel, se levanta a primera hora de la mañana y vuelve a casa a última de la tarde, después de pasar todo el día en el monte, atendiendo a su rebaño de ovejas Churra Tensina. Una vida sacrificada pero «muy gratificante», según sus propias palabras. Por eso, cuando este joven vecino de la comarca de Sobrarbe decidió volver a su pueblo, Escalona, después de haber cursado un grado medio de actividades agrarias en Huesca, nadie se extrañó.

Los estudios que cursó eran su plan B, pero él tenía muy claro que le gustaba mucho más el plan A, que no era otro que seguir con el trabajo que había visto hacer en casa, cuidando un rebaño de más de 1.100 cabezas que pasta en Vió y Escalona. Una explotación que dirige desde hace un lustro y lo ha hecho tan bien que, este año, este joven ganadero, de 28 años de edad, ha sido galardonado con el primer Premio a la Biodiversidad Agrícola y Ganadera, que se entregó en la pasada Expoferia de Sobrarbe.

«Aunque estoy muy contento con el premio, lo cierto es que se lo podrían haber dado a cualquiera de mis compañeros pastores que hacen lo mismo que yo: trabajar en el campo, cuidando de su rebaño y apostando por buenas prácticas ganaderas, que tienen que ser algo normal, tal y como llevan haciéndolo nuestros antepasados, generación tras generación», afirma.

Y es por la faceta relativa a la ganadería extensiva, que practica junto al Parque Nacional del Ordesa y Monte Perdido, y por la recuperación de terrenos de cultivo y de pasto en Vió y Escalona por lo que ha recibido este trofeo.

«Yo únicamente me encargo de continuar con las pautas tradicionales que aprendí, desde muy crío, viendo trabajar a mi padre y otros familiares. A veces, veo fotos y me doy cuenta de que era muy pequeño cuando empecé a interesarme por este oficio que ahora es mi pasión», asegura.

Él está convencido de que el futuro está en su explotación de ovino familiar que tiene en Vió y Escalona. Por eso, asegura que «mi prioridad presente y futura es cuidar y respetar a los animales y al medio que me rodean. Es cierto que si te pagan por trabajar será por algo, pero también es cierto que cuidar del rebaño es un oficio que me gusta, me aporta cosas y es muy gratificante para mí, sobre todo en los años en los que las cosas te van de cara: llueve en primavera y otoño, hay pasto abundante y las corderas tienen buenos partos. Otras veces, las cosas se complican, pero si haces lo que realmente te gusta, todo merece la pena», concluye.

Más información en el Suplemento Heraldo del Campo

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