Villarluengo: paraíso natural y un jamón único

La electrificación de las masías y la conclusión de la A-1702 han sido las dos grandes metas del municipio en los últimos años; los Órganos de Montoro son el tesoro que sigue atrayendo visitantes.

Vista de la localidad de Villarluengo, encaramada sobre una loma y abierta al cielo.
Vista de la localidad de Villarluengo, encaramada sobre una loma y abierta al cielo.
Laura Uranga

José Antonio Domingo Ramo es el alcalde de Villarluengo desde hace casi 20 años, y también lleva una de las empresas más prósperas de la comarca, Jamones El Rullo. Su prolongada estancia en la alcaldía del municipio truchero por antonomasia, el de las fábricas de papel, el que tiene en los Órganos de Montoro a un verdadero tesoro natural, ha tenido metas muy precisas. "Me lo propusieron, acepté y luego me fui liando –bromea– pero la verdad es que hay dos proyectos que he perseguido con muchas ganas todo este tiempo; la electrificación de las masías rurales y el tramo de la A-1702 en el municipio. Estaban pendientes de finalización y creo que lo vamos a conseguir en esta legislatura, que será la última para mí; 20 años son suficientes, ya tengo que dedicarme a mi secadero. Es bueno que entre alguien nuevo, con sus propios proyectos".

Villarluengo: los Órganos sin teclas que enhebran melodías pétreas

José Antonio dibuja el perfil económico del municipio en varios brochazos. "Aquí se ha mantenido la construcción, hay tres cuadrillas de albañiles que aguantan, y de la ganadería queda el vacuno en las masías. También hay alguna cantera de arcilla y mármol que pueden ayudar a mantener la población. Mantenemos la escuela con dos profesores y una docena de chavales de aquí, que no está mal para la gente que tenemos. Hay una biblioteca municipal dedicada a Marcos Alloza, un chico del pueblo que falleció; Ángel, su abuelo, fundador de la Mancomunidad Turística del Maestrazgo, hizo una donación importante al pueblo en fondos y libros, y quisimos corresponder a su generosidad recordando al muchacho".

Tradición y presente

En Villarluengo tiene fama la cuadrilla de emboladores taurinos una vieja tradición que mantienen los jóvenes locales. Hay fervor por Virgen del Montesanto, y la cofradía de San Marcos organiza una romería a la ermita de San Pedro en Montoro de Mezquita, pedanía del municipio. Hay dos bares, la Fonda Municipal y la Fonda Josefina, que trabajan mucho en los meses de más calor, y el hotel y restaurante Torremontesanto. Sigue al pie del cañón el famoso Hostal de la Trucha que puso don Miguel Gargallo. También hay dos casas de turismo rural en Montoro, El Bailador y El Obrador. "Con nuestros vecinos de Pitarque y el nacimiento del río también compartimos intereses en recibir, pero aquí no se puede vivir de turismo todo el año".

Los Órganos de Montoro, esa sierra dentada de piedra que se ve a la perfección desde los miradores de la carretera, atraen a muchos amantes de las formaciones rocosas singulares. También se han puesto muy de moda las pasarelas de Valloré en Montoro, que llevan poco tiempo, aunque este verano las afectó una crecida muy fuerte del río.

Carlos Armengod es de Villarluengo, y lleva la tienda del pueblo, que montaron sus padres al acabar la guerra civil en la casa familiar, hace 80 años; lleva 35 años en otro caserón local. "Mis padres empezaron con telas y utensilios de cocina, pero se fueron adaptando a las necesidades de la gente. Nosotros nos hemos dedicado más a la alimentación, entre otras cosas. No cambio nada por esto: el paisaje y la calma del día a día, una vez pasado el follón de agosto, son un tesoro".

Carmen Ramo, la madre de José Antonio, puso en marcha el negocio de Jamones el Rullo hace cuatro décadas junto a su marido José María Domingo, ya fallecido. Carmen ya se ha jubilado, pero tiene muy vívidos los recuerdos de toda una vida de trabajo. "Mi marido estaba muy orgulloso de lo que habíamos conseguido con el secadero, empezando de la nada. Fue todo poco a poco, nos costó mucho, pero hacerlo tú es una satisfacción grande. Y más en tu pueblo. Además del jamón, aquí tiene fama nuestro beicon y el lomo secado a la sal, también la cecina y los embutidos, lo hacemos aquí. Tenemos una tienda en Zaragoza, en la calle José Luis Borau del Actur".

Un dato curioso para concluir. La emigración de Villarluengo se dirigió sobre todo a Barcelona en los sesenta; también a Zaragoza y Castellón. En Barcelona hay muchos hijos del pueblo que viven en la misma calle, Simancas, en la zona de Canelles y Nou Barris. Los que llegaron primero iban preparando el terreno. Ahora, en verano, muchos vuelven; la belleza de su pueblo tira demasiado.

LOS IMPRESCINDIBLES

Estrecho de Valloré

Los 200 metros de pasarelas de madera que facilitan al visitante el acceso a este estrecho se vieron afectadas drásticamente por una crecida del Guadalope a principios de este verano; la idea es volver a tenerlas totalmente funcionales.

El medioambiente

El Centro de Interpretación Medioambiental dedicado a la Naturaleza y a la Cabra Montés está en la plaza del Ayuntamiento. Habla de las masías, explica oficios tradicionales de la ganadería y cuenta con maquetas de animales.

Francisco Plana

Nacido en 1923, este escultor autodidacta amplió estudios en Barcelona. Basándose en fotografías, viejos grabados y su propia memoria, esculpió la imagen de la Virgen del Monte Santo en madera de boj; es la que ahora se venera.

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