Tercer Milenio

En colaboración con ITA

El CSIC insiste en rescatar el proyecto del centro de alta investigación

La presidenta de la agencia estatal presentó ayer a la DGA una nueva propuesta para limpiar de lindano Bailín.

La presidenta del CSIC, Rosa Menéndez (segunda por la derecha), conoció este miércoles de primera mano el trabajo que se lleva a cabo en la Estación Experimental de Aula Dei de Zaragoza, que el próximo enero celebrará su 75 aniversario. Estuvo acompañada por la delegada del CSIC en Aragón, María Jesús Lázaro (primera por la izquierda) y el director de este centro, Jesús Val.
La presidenta del CSIC, Rosa Menéndez (segunda por la derecha), conoció este miércoles de primera mano el trabajo que se lleva a cabo en la Estación Experimental de Aula Dei de Zaragoza, que el próximo enero celebrará su 75 aniversario. Estuvo acompañada
Aránzazu Navarro

El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) quiere retomar el proyecto de construcción de un centro científico de alto rendimiento en el campus del Actur que acogería a unos 350 investigadores de dos institutos que dependen, de forma mixta, del CSIC y de la Universidad de Zaragoza: el de Ciencia de Materiales (ICMA) y el de Síntesis Química y Catálisis Homogénea (ISQCH).

La presidenta de la agencia estatal, Rosa Menéndez, mostró este miércoles el interés de este organismo en buscar un futuro a este equipamiento, que iba ser bautizado como Ceqma, que se paralizó a principios de 2015 y para el que se perdieron los fondos europeos que garantizaban casi la mitad del coste de la obra (unos 7 millones de euros de los 16 en que estaba valorada). Menéndez, que continúa este jueves su primera visita institucional a la delegación aragonesa desde su nombramiento en noviembre pasado, dijo que en su momento esta infraestructura «no se pudo dinamizar o reiniciar» por la «crisis tremenda» que pasó factura a todas las instituciones. «Vamos a empezar a dialogar de nuevo y ver las opciones y disponibilidades económicas por todas las partes a ver en qué medida se puede colaborar. No está olvidado», dijo.

Estas instalaciones permitirían aglutinar a los profesionales ahora desperdigados en diferentes sedes. En ellas se ubicaría también el centro de servicios con el personal técnico. La existencia de otras actuaciones urgentes en el campus público, como la reforma de Filosofía y Letras, también ha motivado su aplazamiento en el tiempo. Menéndez calificó de «modélicas» y «fluidas» las relaciones con las instituciones aragonesas.

El rescate de este proyecto no se abordó este miércoles en la reunión que la responsable del CSIC, acompañada de la delegada en Aragón, María Jesús Lázaro, mantuvo con el presidente del Gobierno aragonés, Javier Lambán, y con los consejeros de Innovación e Investigación y de Desarrollo Rural y Sostenibilidad, Pilar Alegría y Joaquín Olona, respectivamente. Menéndez mantiene este jueves un encuentro con el rector de la Universidad de Zaragoza, José Antonio Mayoral, y con Pilar Alegría.

Bacterias que comen lindano

La nueva propuesta del CSIC para abordar la problemática del lindano en Bailín y sus residuos en la cuenca del río Gállego fue uno de los temas que se abordaron en la reunión con Lambán. El proyecto está elaborado por 25 grupos de investigación de 19 institutos de la agencia estatal entre los que hay implicados cinco de los seis aragoneses: Pirenaico de Ecología, ICMA, ISQCH, Instituto de Carboquímica (ICB) y el Laboratorio de Investigación en Fuidodinámica y Tecnologías de la Combustión (LIFTEC).

Lázaro avanzó que uno de los trabajos más «pioneros» lo está llevando a cabo desde hace año y medio el Instituto Pirenaico de Ecología con un estudio para detectar bacterias capaces de comerse este peligroso pesticida. El Instituto Pirenaico de Ecología ya demostró cómo la actividad de las lombrices facilita la extracción –‘el lavado’– de estos residuos.

«El objetivo es buscar bacterias presentes entre los residuos y los subsuelos capaces de comerse los restos de lindano para que nos ayuden en la limpieza de los suelos», explicó Enrique Navarro, investigador del Instituto Pirenaico de Ecología. Actualmente se están haciendo experimentos en laboratorio para ver cómo se les pueden facilitar suplementos alimenticios «para que con ellos y con lo que encuentran en el suelo sean capaces de comerse los restos de lindano», apuntó el investigador. Se está analizando por ejemplo, lo que digieren o no, su evolución y a qué temperatura «trabajan mejor». El siguiente paso será desarrollar estos ensayos en las zonas contaminadas.

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