"Me caí cuando estaba sola y mis hijos dijeron 'hasta aquí'"

Ángela Álvarez Castellanos tiene 87 años y es usuaria de un centro de día para mayores de Zaragoza.

Ángela Álvarez, en las instalaciones del centro de día de la Fundación Rey Ardid en Juslibol.
Ángela Álvarez, en las instalaciones del centro de día de la Fundación Rey Ardid en Juslibol.
Toni Galán

Ángela Álvarez Castellanos sus 87 años los acusa, más que en ningún otro lado, en las rodillas. Con problemas de huesos, anda con dificultad y asida a una garrota. Su cabeza, sin embargo, funciona con la claridad y lucidez de quien ha celebrado muchos menos cumpleaños. Ángela aún recuerda los años en los que se fue a Suiza a trabajar con su marido "para buscar unas perricas" y su infancia y juventud en Malagón, el pueblo de Ciudad Real en el que nació y del que salió hace 60 años. "Soy manchega, ¿eh?", apunta Ángela. Toda una declaración de intenciones.

Esta mujer comparte piso con sus dos hijos en Zaragoza, pero ambos trabajan fuera de casa y no regresan hasta bien entrada la tarde. El remedio para no pasar las mañanas sola en su casa es el centro de día que la Fundación Rey Ardid tiene en el barrio de Juslibol, a donde acude a diario desde hace un lustro.

"Mi marido se murió hace 11 años y me quedé sola en casa. Entraba, salía, me hacía la comida... hasta que un día me caí y ya no acerté a levantarme. Arrastrándome, como pude, fui hasta el teléfono y llamé a mi hija, que salió del trabajo y vino corriendo. Entonces los chicos ya dijeron ‘hasta aquí’", recuerda Ángela.

Un autobús urbano de transporte especial la recoge cada mañana en la puerta de su casa. A las 9.00 llega al centro de día, desayuna y pasa la mañana viendo la televisión, hablando con otras compañeras y realizando una de las muchas actividades que programa la instalación, que comparte espacio con la residencia de mayores también gestionada por la Fundación Rey Ardid. Ángela también come en el centro de día y, a eso de las 17.00, el autobús la lleva de vuelta a su domicilio

"Aquí estoy muy bien. Me entretengo y así no estoy sola", dice Ángela. Como ella, alrededor de una veintena de jubilados acuden a este centro de día habitualmente, aunque sus responsables explican que el verano es ‘temporada baja’, porque muchos mayores se van a sus pueblos de origen a pasar el verano.

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