Patrimonio facilita la entrada a la cripta para exhumar a dos aragoneses en el Valle de los Caídos

Se harán pruebas de ADN a restos de 81 personas metidos en nueve cajas para poder identificar a los hermanos Lapeña

Purificación Lapeña, nieta y sobrina de los dos hermanos de Calatayud en el Valle de los Caídos
Purificación Lapeña, nieta y sobrina de los dos hermanos de Calatayud en el Valle de los Caídos
Enrique Cidoncha

Patrimonio Nacional ha comunicado a la familia de los hermanos Manuel y Antonio Lapeña que han concluido las obras en la capilla del Santo Sepulcro del valle de los Caídos para permitir el acceso a los médicos forenses a la cripta donde están enterrados los aragoneses para que los recojan, realicen pruebas de ADN y procedan a la identificación. La constructora contratada por el organismo oficial en julio, tras adjudicarle la obra por algo más de 26.000 euros, concluyó el trabajo el pasado martes, según Patrimonio.

Este paso fundamental en la exhumación de los dos aragoneses de Villarroya de la Sierra, que decidió un juzgado de San Lorenzo del Escorial en marzo de 2016, ha dado pie a que Patrimonio solicitara el pasado martes al Consejo Médico Forense el dictamen para que determine el procedimiento aplicable «a la localización, identificación y, en su caso, exhumación de los señores Lapeña». Este organismo oficial es un órgano consultivo del Ministerio de Justicia en esta materia y el Consejo de Administración del Patrimonio Nacional va a poner a disposición de los forenses los medios personales y materiales para emprender su labor.

En la capilla del Santo Sepulcro

En la notificación de Patrimonio a la familia, a la que ha tenido acceso HERALDO, se menciona que «con alta probabilidad, los hermanos Lapeña Altabás se encuentran en los columbarios 2061 a 2069 del nivel tercero de la cripta adyacente a la capilla del Santo Sepulcro del cementerio del Valle de los Caídos». Asimismo, Patrimonio advierte de que la identificación de los dos aragoneses precisará la práctica de las correspondientes pruebas de ADN a los restos de las 81 personas inhumadas en los mismos columbarios.

Se refieren a los 81 aragoneses que fueron enterrados en el cementerio de Calatayud durante la Guerra Civil y los metieron luego en nueve cajas de madera cuando fueron reclamados desde el Valle de los Caídos y los trasladaron, como otras 33.000 personas procedentes de camposantos de toda España.

Cuando el Consejo Médico Forense remita el informe sobre la identificación de los hermanos Manuel y Antonio Lapeña Altabás, el resultado será enviado a la familia, que lleva más de ocho años esperando ese momento desde que lo reclamaron en 2010 y acabó en los tribunales. Como ellos hay otras once familias que denunciaron sus casos (nueve del bando republicano y dos de los nacionales) y están a la espera del resultado final de los aragoneses.

Miguel Ángel Capapé, marido de Purificación Lapeña (nieta y sobrina de los dos aragoneses) explica que llevan «mucho tiempo» esperando que se cumpla la decisión del Juzgado de Primera Instancia 2 de San Lorenzo de El Escorial, dictado el 30 de marzo de 2016. «Nos gustaría estar ahora en el nivel 3 con los forenses cuando recojan las restos porque creo que nos lo merecemos y nos hemos portado bien en todo este tiempo», reclama.

Huesos fémur o dientes

Por su dilatada experiencia en unas veinte exhumaciones de fosas realizadas en Aragón en las que ha colaborado, Capapé detalla que lo habitual es que se utilicen los huesos fémur de los cadáveres para tomar muestras y realizar la prueba de ADN, salvo que queden muelas y se utilicen.

«Nosotros hicimos hace tiempo la prueba de ADN a Manuel Lapeña, hijo y sobrino de los enterrados, que tiene ahora 94 años. Lo realizó el laboratorio de Pilar Moreno y cuando nos lo pidan se lo entregaremos», apunta Miguel Ángel Capapé, quien empieza a ver el final de esta historia.

Una vez que Patrimonio Nacional siguió los consejos del informe del Instituto Eduardo Torrija de Ciencias de la Construcción del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), las obras de la constructora han permitido abrir la zona tapiada del nivel 3 y las cajas con los restos humanos de unas 4.000 personas han quedado accesibles. «Podemos encontrarnos una pared de cajas y habrá que encontrar las nueve que vinieron de Calatayud, que están registradas con sus números, y si han conservado las telas que las cubrían», señala el familiar de los Lapeña.

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