Philippe Gombert: "Nuestros hoteles son un faro que ilumina la oferta del entorno"

¿Qué condiciones debe tener un hotel para entrar en el selecto club Relais & Châteaux (R&Ch), que usted preside?

Debe ser un hotel singular, en un lugar único y llevado por hosteleros apasionados, tanto en la propiedad como en la cocina. Somos el grupo de hoteles más reconocido en el mundo, con cientos de estrellas Michelin entre nuestros asociados. También es importante trabajar con productos locales. Proporcionamos a nuestros huéspedes una experiencia única que les permite descubrir una región desde la autenticidad.

¿Qué es lo que más valoran sus huéspedes?

Lo más importante para el huésped es una buena comunicación que le permita entender el lugar donde está. Los clientes son muy curiosos y quieren conocer la historia, los productos y lo que hay en un lugar. Nuestros establecimientos son la mejor forma de descubrir el entorno.

Pero resultan un poco caros.

Son caros porque ponerlos en marcha comporta una gran inversión y porque requieren de mucha plantilla. En mi hotel del sur de Francia tenemos 17 habitaciones y un restaurante con 35 empleos. La proporción de empleos por habitación es muy alta, y eso hay que pagarlo. No se trata de hoteles con muchos beneficios, sino que responden a la pasión de los propietarios.

¿Qué importancia le dan al personal dentro de su oferta?

En un R&Ch la inversión no es suficiente, hay que tener un buen servicio. Es más difícil completar la plantilla adecuada que conseguir el dinero para desarrollar el proyecto. La inversión se puede financiar con un banco, pero la formación de buenos trabajadores es más difícil.

En España hay 30 R&Ch, pero solo uno aragonés, La Torre del Visco en Fuentespalda (Teruel). ¿No hay más establecimientos que den la talla en Aragón?

Tenemos que crecer en España y en Aragón. Desde nuestros hoteles ayudamos a visibilizar el turismo del entorno. Es difícil conseguir un hotel que responda a nuestros valores. Es un problema de la oferta.

¿Y qué hace singular a La Torre del Visco?

La propietaria, Jemma Markham, es una gran empresaria. Ha entendido antes que el resto que los huéspedes sofisticados buscan tranquilidad, silencio y descanso en un entorno natural único donde descubrir olivos, una gran finca y la naturaleza. La Torre del Visco también destaca por su gran atención al detalle, que es muy importante.

¿Hay candidatos aragoneses para entrar en la red?

Salvador Arenere trabaja para entrar con el Mas de Cebrián, en Puertomingalvo (Teruel).

¿Por qué tienen los R&Ch más clientes extranjeros que la media del sector turístico español?

Porque la marca empezó en 1954, después de la II Guerra Mundial, en un momento en que los huéspedes quieren no solo un hotel de descanso sino también para descubrir territorios. Además, R&Ch hace una gran promoción con agencias de viajes de todo el mundo. Tenemos 8.000 encuentros promocionales al año y una gran proyección digital. Toda nuestra oferta está presente en internet en 9 idiomas, incluidos el chino y el japonés. Tenemos mucha presencia ‘online’, con un magazine muy interesante para contar las experiencias que ofrecemos.

¿Disfrutar de un R&Ch está al alcance de todos?

Sí. Una comida en un R&Ch puede costar 50 euros, que es un precio asequible. Todo el mundo puede tener una experiencia R&Ch, y vale la pena.

¿Cuál es su consejo para mejorar el emergente turismo rural aragonés?

Cada R&Ch es como un faro que ilumina el entorno, pero solo no tiene sentido. Precisa de los trabajadores, los artesanos y los productos locales. Somos el mejor embajador de cada comarca, y La Torre del Visco es un ejemplo.