Canfranc: preparados para abrazar un futuro sobre raíles

Canfranc celebra los planes de reapertura de la línea ferroviaria que le une a Francia, cerrada desde 1970, y ultima importantes reformas en su célebre Estación Internacional de tren.

Un gallo pasea por Canfranc pueblo
Un gallo pasea por Canfranc pueblo
Laura Uranga

Canfranc está viviendo un mes muy bonito. La Estación Internacional, joya arquitectónica aragonesa y una de las edificaciones ferroviarias más aclamadas de toda Europa, cumplió noventa años el pasado día 18; se celebró con una gran fiesta en el pueblo, y HERALDO rindió homenaje a la efeméride con un trabajo en profundidad (disponible en www.heraldo.es) con el trabajo de Ramón J. Campo y Pedro Zapater a la cabeza de un gran equipo de profesionales en los apartados de imagen (fija y animada) y documentación. La próxima reapertura de la línea ferroviaria entre Canfranc Estación y la red viaria de la SNCF ha dinamizado además planes de presente y futuro inmediato para Canfranc y su entorno, toda vez que la comunicación con Francia por tren lleva interrumpida desde 1970.

Fernando Sánchez Morales es alcalde de Canfranc desde hace 15 años. El Ayuntamiento está frente a la majestuosa Estación Internacional de Canfranc, que estos días celebra sus noventa primeros años. En 1944, un incendio asoló Canfranc pueblo, que dista 5 kilómetros por la nacional 330 (que coincide con la E-7 subiendo desde Jaca) y todos los servicios se subieron a la explanada de los Arañones, que pasó a denominarse Canfranc Estación. "El origen del pueblo primigenio es medieval, y al ser un pueblo fronterizo tuvo su importancia en todas las épocas: el paso del Somport era clave, había castillo… donde está la Estación había tierras agrícolas y ganaderas", recuerda Fernando.

Canfranc: el paso no solo está en Texas

El alcalde apunta que Canfranc vivía del paso de la frontera, de las aduanas y los servicios relacionados. "Con la entrada de la Comunidad Económica Europea en 1986 hubo una necesidad de transformación que aunque suponía algo bueno para el país, fue un palo para Canfranc. En este proceso de adaptación se incluía también la incertidumbre del destino de la Estación y su explanada; ahora, por suerte, ya hay planes definidos y proyectos sólidos basados en la reapertura de la línea férrea, y que van a condicionar nuestro futuro. Parte de los edificios históricos se van a incorporar al municipio, especialmente el hotel de lujo en la Estación, el museo… son 20 hectáreas de explanada, prácticamente la mitad del pueblo. El plan de desarrollo llevará entre ocho y diez años, pero la partida inicial que comprende la urbanización, toda la parte ferroviaria nueva y el hotel en la Estación llevará entre tres y cuatro años".

El clima sobre el asunto ferroviario es, sin duda, esperanzador. "En Francia –señala Fernando– han acercado mucho la línea del tren a la frontera, y la Unión Europea está aportando fondos, hay un apoyo sin precedentes, y estamos optimistas, sin perder de vista las dificultades de reabrir una línea cerrada desde 1970".

El alcalde dibuja un poco más la idiosincrasia de su municipio. "Canfranc es un sitio de paso, la población es muy cambiante, pero hay una serie de familias que vienen del pueblo original y siguen asentadas aquí. Los Cavero, los Martín, los Coduras con el Villa de Canfranc, los Sánchez Trullén que tienen una vaquería en Canfranc pueblo… y unas cuantas más con vínculos muy fuertes. Somos gente trabajadora, conscientes de lo que tenemos y esperanzados con lo que viene".

En los últimos lustros, la investigación del periodista de HERALDO Ramón J. Campo sacó a la luz la trama del oro nazi en Canfranc, amén de otros descubrimientos que han terminado ilustrando libros y documentales. "Lo del oro nazi –explica el alcalde– se sabía en el pueblo de puertas adentro, pero nadie lo comentaba. Cuando Ramón J. Campo lo investigó y salió todo a la luz, fue una conmoción; no solo lo del oro, sino también el wolframio, los espías… hay que recordar que España vivía una dictadura durante n la Segunda Guerra Mundial, y es verdad que colaboró con Alemania en temas logísticos, pero en Canfranc también se apoyó a la resistencia aliada, se facilitó el paso de judíos que huían de la persecución nazi… hubo una doble vertiente de las cosas".

En Canfranc hay buena oferta culinaria; el bar, asador y restaurante Universo es la referencia en cuanto a horario y variedad. "Soy de Ejea y llevo nueve años aquí –explica Verónica Alas, responsable del local junto a su pareja, Paco–. Abrimos 365 días al año, desde las seis de la mañana a la medianoche, y damos a comer a cualquier hora, aunque los menús triunfan, que no se ha acabado la crisis. Eso sí, con el hogar de leña hacemos unos chuletones de miedo, y también gustan nuestros pescados y guisos. La temporada baja no es fácil, se ve poca gente por la calle, pero al final, de te acostumbras a todo".

Música y maestros

En el aspecto cultural, Canfranc se enorgullece de haber celebrado ya diecisiete ediciones del festival Pirineos Classic, centrado jazz y repertorio clásico. Se celebra a lo largo del mes de julio en Canfranc Estación; este año comenzó el día 3 en la iglesia, con la violonchelista francesa Emmanuelle Bertrand. En 2018, el programa se centró en la influencia de los conflictos bélicos del siglo XX en la creación e interpretación musical. "Ha tenido mucho recorrido, y esperamos que lo siga teniendo. El Ministerio de Cultura lo apoya directamente: ha creado nuevos públicos y además se asocia a una serie de actividades de formación que traen durante el mes a casi 300 jóvenes de todas las edades, que vienen con sus familias; el pueblo nota esa inyección de recursos".

LOS IMPRESCINDIBLES

Torre de Fusileros

Del siglo XIX, está a la entrada de Canfranc Estación. Tiene una llamativa planta elipsoidal, foso perimetral y cuatro plantas en torno a un patio central. El exterior, de aire medieval, muestra base maciza y tres galerías aspilleradas.

A Lurte

Además de las visitas guiadas a la Estación, las teatralizaciones nocturnas y los espectáculos de luz y sonido, es muy recomendable la visita a este centro pirenaico de referencia para la gestión de riesgos de montaña.

Canfranc pueblo

Situado en el Camino de Santiago, nació en el siglo XI. Vale la pena visitar los restos de la Iglesia de la Trinidad, la torre de Aznar Palacín, la actual iglesia de la Asunción, el Castillo o el puente de los peregrinos.

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