Consejos para evitar intoxicaciones por lejía o amoníaco

No mezclar productos o llamar al Servicio Médico de Información Toxicológica con los primeros síntomas son algunas de las principales recomendaciones.

Los productos de limpieza pueden afectar a la función pulmonar.
Precaución con algunos productos de limpieza
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Tras el suceso en el que una mujer murió este lunes en Madrid tras sufrir una intoxicación por amoniaco mientras limpiaba su casa, los productos de limpieza vuelven a estar en el punto de mira. Según fuentes policiales, las primeras investigaciones indican que sus pulmones se encharcaron por la intoxicación, al mezclar varios productos. Aunque este tipo de fallecimientos no es habitual, hay que ser precavido con la utilización de estos productos químicos que se emplean en la limpieza del hogar. No solo hay que alejar a los niños, sino que los adultos también deben tomar ciertas precauciones. Geles, lejías o amoníaco pueden desprender vapores tóxicos y lo que comienza con un mareo puede terminar con una visita a Urgencias.

Desde Facua-Consumidores en Acción dan una serie de consejos en el uso de estos productos:

Guardar los productos de limpieza en un lugar seguro, lejos de los alimentos y del alcance de los niños. Mantener los productos en sus envases originales sin quitar sus respectivas etiquetas para evitar que se confundan con otro tipo de productos. Seguir las recomendaciones de los fabricantes. Si en las instrucciones se indica que se debe "utilizar ropa protectora" significa que hay que emplear gafas, guantes, manga larga u otro equipo de protección. Si se observan las palabras precaución, peligro, veneno, advertencia o inflamable, entre otras, es que el producto es tóxico y se deben extremar las medidas. Almacenar separadamente la lejía y el salfumán (se produce un desprendimiento de cloro que es un gas tóxico), así como la lejía y el amoníaco. No exponer los productos de limpieza a temperaturas extremas. No almacenar distintos tipos de productos juntos (comestibles, tóxicos, productos para animales...). No mezclar lejía con amoníaco. No quemar los envases de los productos tóxicos. No mezclar productos diferentes a menos que la etiqueta indique que es seguro.Qué hacer en caso de intoxicación:

Las intoxicaciones por ingesta se pueden manifiestar generalmente con alteraciones digestivas como vómitos, diarrea, dolores abdominales..., así como disminución o pérdida de la conciencia y alteraciones respiratorias.

Si se presentan cualquiera de estos síntomas lo recomendable es llamar al Servicio Médico de Información Toxicológica, teléfono 91 562 04 20, aportando todos los datos posibles. Como norma general no se debe provocar el vómito y es fundamental vigilar en todo momento las constantes vitales del intoxicado y tratar de identificar el tóxico para comunicarlo al médico.

Por otro lado, se pueden producir por inhalar monóxido de carbono por una deficiente combustión de estufas y braseros, por la combustión que producen los coches y motocicletas en locales cerrados o emanaciones de gas, las personas pueden sufrir un envenenamiento que produce un sueño lento. Si éste persiste provoca la muerte.

Si hay que entrar en una habitación con inhalaciones tóxicas es necesario abrir las puertas y ventanas para que se ventile. Cuando una persona se ha intoxicado por inhalación tóxica, lo recomendable es situarla en un lugar alejado, donde pueda respirar aire fresco, controlar sus constantes vitales, y si ha respirado sustancias tóxicas o está inconsciente, llevarlo urgentemente a un centro médico.

En el caso de la lejía y el amoníaco, el contacto con estas sustancias provoca irritación de la piel y mucosas; la ingestión irritación gastrointestinal y si es más grave hasta lesiones cáusticas; por último, la inhalación afectaría gravemente a los pulmones.

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