Infancia: niño educado, niño rentable

La pobreza infantil afecta a uno de cada cuatro niños aragoneses, una desigualdad que deberá paliar el Alto Comisionado creado por el Gobierno para acabar con ella.

Estantería con libros de un aula infantil
Estantería con libros de un aula infantil
Aranzazu Navarro

Los 10 años de crisis, no solo económica sino también social, han sido el acelerador de la situación de vulnerabilidad y exclusión social en la que ya se encontraba uno de cada tres niños en España en los años previos a la recesión y que hoy afecta a 2.370.188 niños (32.9%) en riesgo de pobreza y exclusión social, según el indicador Arope, el índice del estado de la pobreza y la exclusión social en España. La situación en Aragón es un poco más aliviada, aunque afecta a uno de cada cuatro niños (24.3%).

El Gobierno ha creado un Alto Comisionado Contra la Pobreza Infantil, junto con la figura del Alto Comisionado para la Agenda 2030, que se encargará de coordinar el cumplimiento de los objetivos de Naciones Unidas para erradicar la pobreza y favorecer el desarrollo sostenible, y el último Consejo de Ministros ha nombrado director general para la lucha contra la pobreza infantil al profesor de la Universidad de Zaragoza Pau-Marí Klosé. Nombramientos que han generado esperanzas y también algo de recelo por parte de las organizaciones, que batallan contra una situación de injusticia social que hace tambalear los cimientos de los principio democráticos. Pilar de la Vega, presidenta de Unicef Aragón es muy clara al afirmar que "está demostrado que invertir en infancia es progreso, porque niño educado es niño rentable para la sociedad". "Estoy encantada con la creación del Alto Comisionado, pero quiero pasar del dicho a hechos. Estoy a la espera, porque significa que hay sensibilidad y quiero pasar a la realidad, porque los niños no esperan y el presente de los niños es su futuro, pero también es el futuro de este país". Porque, como dice Pau-Marí Klosé, profesor de Sociología, "la pobreza afecta al bienestar inmediato de la infancia, pero también deja cicatrices sobre su salud que redunda en costes sanitarios y sociales".

A la Fundación La Caridad de Zaragoza no le gusta el concepto ‘pobreza infantil’, "creemos que es pobreza familiar y apostamos por apoyar a las familias, desde aquí trabajamos por la integración y la normalización". Y en Cáritas Aragón "también insistimos en que la pobreza infantil está vinculada a la pobreza de los hogares. Dicho de otra manera, es una manifestación del fenómeno de la pobreza siendo éste más complejo y multidimensional que sus diferentes manifestaciones (pobreza infantil, pobreza energética, pobreza alimentaria, feminización de la pobreza, etc.). Por ello, la realidad de pobreza y exclusión no responde únicamente a la falta de ingresos económicos o ausencia de empleo en los progenitores, sino también a otros aspectos políticos, económicos y socioculturales, por lo que es preciso articular estrategias de intervención que den respuesta a las causas y no solo a paliar temporalmente las consecuencias o la realidad actual de tantas familias y menores". Y todos consideran que las políticas sociales constituyen un instrumento necesario, debiendo considerarlas como inversión y no solo como gasto.

La Unión Europea ha establecido para el año 2020 cinco ambiciosos objetivos en materia de empleo, innovación, educación, integración social y clima/energía. En cada una de estas áreas, cada estado miembro se ha fijado sus propios objetivos. La estrategia se apoya en medidas concretas tanto de la Unión como de los estados miembros. En el apartado de integración social el objetivo nacional 2020 para España es conseguir que 1.400.000 personas menos estén en riesgo de pobreza y/o exclusión social. Un problema que lleva consigo la terrible situación de desamparo de los niños.

Pau Marí-Klose explica que "tenemos un problema grave de pobreza infantil que se expresa en muchos indicadores lo mires como lo mires. Comparado con Europa, son tasas de pobreza más alta, de edad, y también los niños son el colectivo más afectado. Sobre todo, tiene una dimensión de justicia social que hay que atender porque hemos suscrito convenios internacionales que nos comprometen, porque los niños están particularmente indefensos. No podemos exigirles que corrijan su situación, que hagan más por estar bien, porque no pueden trabajar, no pueden movilizarse, es una situación especialmente injusta porque nacer en un hogar rico o pobre es una lotería". Pilar de la Vega indica que desde Unicef se propone la creación ayuda por hijo a cargo, "que no es una novedad, la tiene toda la Unión Europea. En Aragón serían unos 58 millones al año plantear unos presupuestos en clave de infancia, porque no hay derechos si no hay presupuestos. Nosotros creemos que hay una relación entre hogares con bajos ingresos y escasa formación y cualificación y el mayor número de hijos en esos hogares refuerza la situación de desigualdad", y detalla que un 7% de los niños viven en hogares con ingresos de menos 600 euros, un 21% por debajo de 1.000 y un 23% por debajo de 1.500; y que el 60% de las familias que ingresan menos de 600 euros son generalmente emigrantes, según las 3.000 encuestas que han hecho, 1.500 a niños de 12 a 16 años y 1.291 a padres de todo Aragón acerca de las condiciones de vida en sus hogares. "Se detecta que hay sanidad y educación pero cuando acaba el colegio… ahí comienza la bolsa de pobreza", insiste. Desde La Caridad indican que durante el tiempo vacacional, "colaboramos con Cruz Roja para que los niños realicen actividades en nuestras instalaciones, como ya hacemos en Semana Santa y en Diciembre".

Desventajas

Klosé dice que no solo hay que invertir en educación porque por si sola no corrige las situaciones de desventajas en las que los niños pobres llegan a la escuela. Porque atacar la pobreza infantil implica muchas políticas a la vez, de trasferencia de renta como reconocimiento de que la crianza es un bien público, para la sociedad. "Necesitamos niños capacitados. Que no se echen a perder. Más allá de este problema de justicia hay problemas adicionales como la igualdad de oportunidades, porque la pobreza malogra la posibilidad de personas que son talentosas, que se esfuerzan de que pueden llega a sitios se merecen, es un lastre y es la incubadora donde aparecen actitudes de desafección a la sociedad, de cinismo, fracturas sociales que son difíciles de curar, porque cuando dejamos a niños, a jóvenes atrás, se convierten en personas con vínculos frágiles a la sociedad y desconfían de que la sociedad pueda hacer algo por ellos. En la sociedad con mayor desigualdad, con mayores niveles de tensión y violencia, muchos de estos problemas se incuban en edades tempranas". Y, además, coincide con todos en que la pobreza infantil tiene consecuencias económicas "porque son problemas que nos vemos obligados a gestionar socialmente muchas veces cuando ya son difíciles de solucionar. Nos encontramos situaciones de delincuencia, vandalismo, seguridad ciudadana que son caras de gestionar, y que obligan además a invertir en policía, prisiones...". "Cuando no nos ocupamos de la pobreza infantil echamos a perder talento, niños que nacen con capacidades para aportar a la sociedad, que cotizarán, que ayudarán a sostener el Estado de bienestar, porque cuando no los aprovechamos, no lo capitalizamos en un adulto productivo".

Para Cáritas, es indispensable contar con un sistema de prestaciones universales destinadas a la familia y a la infancia que permitan cubrir las necesidades más básicas y urgentes entre los más vulnerables y empobrecidos, con hijos menores a su cargo y que se destinen de forma ágil y adecuada a la población más necesitada, sin olvidar las zonas rurales. También, "garantizar una intervención familiar integral incidiendo en la mejora y en el desarrollo de capacidades y oportunidades de sus miembros con especial mirada hacia los menores y el apoyo directo a las familias en su labor parental". Una intervención acompañada de medios y recursos en los diferentes ámbitos: educativos, sanitarios, de vivienda, de empleo y ocupación en los adultos, de ocio… Como ejemplo, y respecto a la educación, "todos los niños pueden acceder a una educación pública y gratuita. Sin embargo, el acceso al sistema, las condiciones de acceso y las herramientas disponibles no son equitativas. Muchas familias tienen dificultades para utilizar los medios telemáticos que se requieren, no disponen de medios ni conocimientos para ello, no siempre pueden justificar y cumplir las condiciones requeridas para el acceso a becas y ayudas y éstas (a pesar de los últimos esfuerzos y mejoras realizadas) no llegan a todos los que más lo necesitan. Tampoco disponen de condiciones adecuadas o de medios suficientes de apoyo en los procesos de aprendizaje lo que, unido a las dificultades materiales y económicas favorece mayor incidencia en el fracaso escolar. Nos encontramos, por tanto, con realidades de desigualdad que dificultan el desarrollo y que perpetúan situaciones de pobreza y exclusión y contribuyen a que la pobreza se herede de padres a hijos".

Porque, como indica el sociólogo Klosé, es imperioso reducir la pobreza infantil en España "por justicia, por decencia, porque es una exigencia de las nuevas economías globales del conocimiento".

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