Cerca de 300 estudiantes acaban sus tesis en la Universidad de Zaragoza cada año

Cerca de 300 nuevos doctores salen cada año de la Universidad de Zaragoza. Esta es una cifra que ha aumentado casi en un 20% en los últimos cinco años, una tendencia habitual en todos los centros españoles. La Escuela de Doctorado del campus aragonés, que se constituyó en 2012, aglutina a más de 2.000 doctorandos –aspirantes a presentar su tesis– y cuenta con más de 1.400 tutores. Tener un título de doctor es una distinción cada vez más valorada que requiere un sacrificio de cuatro o cinco años.

No hay una fecha determinada para la presentación de una tesis doctoral, pero principios de julio es uno de los momentos preferidos por los estudiantes para dar a conocer por fin ese documento que los convertirá en doctores. La sociedad cuenta cada día con más personas con esta titulación. "Este aumento puede atribuirse al periodo de crisis que hubo. Igual hubo gente que pensó que hacer una tesis doctoral era una idea para formarse y acceder al mundo del trabajo con más posibilidades", explica Juan José Mazo, director de la Escuela de Doctorado de la Universidad de Zaragoza. "En algunos sectores se está reconociendo más este título", añade. Sin duda, las cifras lo avalan, ya que numerosos estudios confirman que el paro entre los doctores es menor.

Las ramas de conocimiento de Ciencias de la Salud (30%), Ingeniería y Arquitectura (22%) y Ciencias Sociales y Jurídicas (22%) son las que más estudiantes aportan a la escuela. Muchos son jóvenes que han seguido el camino de graduarse, hacer un máster y después un doctorado. Las principales motivaciones para comenzar a hacer una tesis son el interés de la temática y el prestigio de los grupos, según se extrae de las últimas encuestas hechas a los alumnos. Guiados por estas razones, la movilidad es fundamental para los futuros doctores. En este sentido, Mazo señala que la Universidad está atrayendo talento porque tiene "grupos de investigación fuertes".

El nuevo decreto que rige las tesis doctorales de 2011 hizo que se crearan las Escuelas de Doctorado en España pero también trajo otros cambios como el seguimiento de los trabajos. En esa línea, hay una evaluación anual (positiva o negativa) y se fija un límite temporal a la presentación que antes no existía. Además, las escuelas reivindican otras actividades formativas complementarias relacionadas con el liderazgo, la comunicación o la gestión de equipos. "Las universidades no están para formar doctores para la academia, sino para la sociedad", considera el director de esta institución. "Hay muchas personas que con la formación que tienen podrían crear una empresa al día siguiente de presentar la tesis", añade Mazo.