Otros accidentes de espeleología en Aragón

En los últimos 30 años, 18 personas han sido rescatadas con vida de varias cuevas aragonesas. Solo el catalán Fritz Kumzer fue encontrado muerto.

Casi una veintena de personas han sido rescatadas con vida tras sufrir accidentes haciendo espeleología en los últimos 30 años.
Otros accidentes de espeleología en Aragón
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Los tres espeléologos atrapados en una cueva de al sierra de Albarracín en la que se adentraron el martes por la mañana, han sido recatados con vida este miércoles por efectivos de la Guardia Civil. En los últimos 30 años, en Aragón ha habido un total nueve accidentes relacionados con la espeleología, con 18 personas rescatadas y un fallecido.

Noviembre 1991:

El rescate al espeleólogo José Sarrablo atrapado en la gruta del Meandrico de Gurrundue (Escuaín, Huesca) duró 23 horas. Durante la exploración de la sima, un miembro del equipo de exploración desprendió una piedra a -400 metros, que fue a dar a otro miembro del equipo, que progresaba más abajo, ocasionándole fractura de la pierna. Ante la imposibilidad de progresión del accidentado, los compañeros lo trasladaron al vivac que poseían más abajo y, mientras uno de los dos acompañantes se quedó con él, el otro regresó al exterior para alertar al grupo de rescate.

Octubre 1993:

Dos jóvenes espeleólogos permanecieron atrapados en la cueva Alba (Benasque, Huesca) al no poder pasar por una de las vías estrechas que están en el tramo de salida durante más de quince horas sin poder continuar el camino de vuelta. Pudieron salir por sus propios medios en perfecto estado físico.

Abril 1999:

Dos espeleólogos catalanes permanecieron atrapados en la cueva del Alba (Benasque, Huesca) durante dos días. La salida estaba taponada por la nieve y los equipos de rescate debieron excavar cuatro metros para liberarles. Durante los dos días que estuvieron atrapados en la cueva intentaron excavar para abrir una salida, pero sus esfuerzos resultaron infructuosos. Efectivos de los grupos de montaña de la Guardia Civil pudieron rescatarlos sanos y salvos.

Octubre 2000

Tres espeleólogos fueron evacuados de la Cima de Lecherines, en el término municipal de Aísa (Huesca), donde sufrieron una caída que les provocó heridas graves. Se dio la circunstancia de que los tres espeleólogos se encontraban en la zona participando en un ejercicio práctico de evacuación, junto a otros especialistas pertenecientes a diversos grupos de rescate del territorio español. De ahí que en su evacuación interviniera un importante número de efectivos: la Unidad de Helicópteros 41, los Grupos de Rescate e Intervención en Montaña de Boltaña, Jaca, Benasque y Roncal, miembros de la Escuela de Montaña de Canfranc, 14 guardias de diferentes unidades de montaña de España, 2 médicos, 4 gendarmes franceses, 2 ertzainas, bomberos y personal de Protección Civil del Hospital San Jorge de Huesca.

Septiembre 2001:

Los equipos de rescate desplazados hasta Estaroniello, en el municipio de Tella, encontraron el cuerpo sin vida de Fritz Kumzer, el espeleólogo catalán de origen alemán, desaparecido mientras inspeccionaba la cueva de L'Artiguo Bajo. El cuerpo del joven se encontraba empotrado en una grieta del techo a unos 15 metros de la galería inundada a 34 metros de profundidad. Cerca de cincuenta especialistas de los bomberos de Cataluña, del ayuntamiento de Zaragoza, del grupo de buceo de los GEAS de Huesca y de los equipos de rescate de Boltaña y Jaca se desplazaron a la zona para efectuar la búsqueda.

Fritz Kumzer era uno de los mayores expertos en espeleología de toda España y no era la primera vez que se adentraba en la cueva de L'Artiguo Bajo para practicar la espeleología.

Agosto 2001:

Dos espeleólogos catalanes desaparecieron en una ruta por el sistema de cavidades de la gruta de Solencio de Bastaras, en la sierra de Guara. La alerta fue dada al no regresar a la hora prevista al punto donde estaban alojados. Permanecieron tres días perdidos en unas galerías al final de la gruta de Solencio y fueron localizados por los grupos de rescate del servicio de Montaña de la Guardia Civil. En las labores de rescate intervinieron 18 personas de dicho servicio, además de un médico de rescate de Montaña y ocho componentes de la Federación Española de Espeleología.

Agosto 2004:

Tres espeleólogos, dos ingleses y un catalán, permanecían perdidos durante 4 días en la cueva de Santa Elena, en el valle de Bujaruelo (Parque Nacional de Ordesa, Huesca). Uno de ellos consiguió salir al exterior, indicando el punto donde se encontraban los otros dos. Treinta personas participaron en un complicado operativo desplegado en la cueva. El tercer espeleólogo rescatado fue llevado al Hospital San Jorge de Huesca con síntomas de agotamiento, deshidratación extrema y un posible edema pulmonar.

Marzo 2005:

Cuatro jóvenes amigos decidieron ir a hacer espeleología a la cueva del Muerto de Ricla. Las dificultades de dos de las chicas para salir del pozo de diez metros que hay en la entrada a esta cueva (una de las más conocidas de la provincia de Zaragoza) obligaron a poner en marcha el dispositivo de salvamento de los Bomberos de La Almunia. Ninguno de los cuatro jóvenes sufrió heridas.

Cuenta la leyenda que hace más de doscientos años, en esta cueva se encontró el cadáver de una persona que había sido asesinada en las inmediaciones. Desde entonces, se le conoce con este nombre, que lejos de causar miedo a los espeleólogos, atrae a gran número de ellos, debido a su belleza.

Octubre 2009:

Un espeleólogo fue rescatado después de pasar 24 horas atrapado, tras sufrir una caída en una cueva de Panticosa (Huesca). En el operativo trabajaron 40 especialistas a 200 metros de profundidad en la cueva de Panticosa. En las inmediaciones del pico Peñablanca, cuando el espeleólogo, junto con otros tres compañeros, recogía el material con el que habían trabajado durante el pasado invierno en la cavidad, a unos 200 metros de profundidad, sufrió una caída y fue a parar a un pozo de 20 metros.

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