"Hay chavales que pactan con mayores que jueguen por ellos"

Los jóvenes facilitan el dinero a un adulto que les realiza las apuestas y obtiene un beneficio económico.

Esther Aguado
Esther Aguado
R. L.

El Gobierno de Aragón abrió en 2017 cinco expedientes por la presencia de menores en locales de juego y este año ya llevan cuatro. Pero son muchos más los que apuestan en estos establecimientos, sin arriesgarse, eso sí, a ser sorprendidos por la Policía. Para evitarlo, entregan el dinero a alguien mayor de edad para que este acceda al local y juegue por ellos. Y no solo eso, hay quien llega a hacer negocio así. Desde hace aproximadamente un año y medio, explica la presidenta de Azajer, Esther Aguado, han detectado que hay jóvenes de 18 años o más que se sitúan a las puertas de los salones para ofrecer a los menores entrar por ellos "y se quedan un porcentaje".

Son algunas de las tretas que usan para acceder a una actividad que les está vetada pero que cada vez es más popular entre los chavales. Suelen hacerlo en pandilla "y si no uno no se suma, se queda desplazado", señala Aguado.

La picaresca también se extiende a los juegos ‘online’, incluso en el caso de jóvenes inscritos en el registro de autoprohibidos por sus problemas de adicción, porque "alguien juega por ellos". El número de los que solicitan que no se les permita acceder a los locales no deja de crecer y en Aragón suman 2.585. "Pero solo autoprohibirse no es la solución porque si quieres jugar, juegas", advierte la presidenta de Azajer, y añade que no disponer de dinero tampoco es ya un obstáculo, pues hay quien recurre a créditos.

En el caso de los más jóvenes, desde este colectivo insisten en que, aunque los padres cada vez son más conscientes, "siguen teniendo más miedo a que sus hijos entren en contacto con el alcohol o las drogas que con el juego". Por ello, hacen especial hincapié en la prevención, que debe empezar en casa controlando los contenidos a los que acceden con el móvil, la tableta o el ordenador.

Azajer da charlas a padres, profesores y adolescentes en los institutos. "En alguno hay enfrente un salón de juegos y muchos van en el recreo", relata Miriam Gañán, secretaria de la junta gestora.

Además, Azajer trata a unas 300 personas, entre las que piden ayuda a la asociación y las que les derivan psiquiatras y médicos del Salud. "Tenemos muchísima demanda y pocos recursos", lamenta Aguado, pues depender de subvenciones crea "inestabilidad". Llevan años exigiendo a la DGA un concierto, "como hay en Andalucía", señala la presidenta, que admite temer los efectos de la avalancha publicitaria de apuestas de fútbol coincidiendo con el Mundial de Rusia. Y recuerda que hace unos meses las Cortes aprobaron por unanimidad una iniciativa del PP para destinar el 0,5% de lo recaudado por impuestos del juego a tratar a los adictos.

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