Valbona: vaya vaya, aquí sí hay playa... en el embalse

Una empresa valenciana llevará este verano actividades de paddle-surf y entretenimiento infantil al pantano de Valbona, dotado de una pequeña playa para vecinos y visitantes.

Víctor Sanz, alcalde del pueblo, en el embalse de la localidad.
Víctor Sanz, alcalde del pueblo, en el embalse de la localidad.
Laura uranga

Cuando se le pregunta a Víctor Sanz, alcalde de Valbona, por el secreto de su durabilidad en el cargo (20 años al pie del cañón) lo primero que recuerda es que Valbona tiene dos alcaldes, y que el otro lleva más tiempo ejerciendo el poder, aunque sea tácitamente. Juan Antonio Bolós es el ‘alcalde’ para todos sus vecinos. "Es que mi padre fue alcalde más de 20 años, y a mí se me quedó el nombre. Sí que ayudé al secretario varios años, hacía lo que me mandaban. Yo he sido conductor de camiones, 41 años me pasé en Sabadell hasta que me jubilé y volví aquí, hace ya más de diez años. En el pueblo estuve siete años de monaguillo".

Su hermana Obdulia está orgullosa de su huerto y de sus 80 años muy bien llevados. "También pasé mucho tiempo fuera, vivi en Valencia desde los 21 años, cuando me casé, y he vuelto hace 16. Mi marido era camionero, lo conocí aquí cuando construyeron el embalse. Ahora me levanto temprano por las mañanas a cuidar mi huerto, que está precioso: me gustaría que vieran mis patatas, y también mis carlotas –así se llama a la zanahoria en las Comunidad Valenciana y zonas limítrofes– que están hermosísimas".

Valbona: vaya vaya, aquí si hay playa... en el embalse

El pueblo tiene una empresa, Construcciones Valbona, y el restaurante Casa Chimo, que es del antiguo taxista (ya jubilado) y lleva actualmente una pareja. La profusión de alojamientos rurales es notable; hay 170 camas entre albergue, apartamentos turísticos y el mentado Molinete, que también tiene habitaciones.

El embalse y las fuentes

Víctor, el alcalde electo, recuerda la importancia de los recursos hídricos en el pueblo, empezando por el embalse Ibáñez Martín (antiguo ministro de Educación e hijo del pueblo) y siguiendo por las fuentes del Cura, del Conejo y el Azud. "El embalse es solamente nuestro, y muy importante para el riego. No tiene compuerta de aliviadero, simplemente una válvula para controlar el agua: dependemos de la Confederación Hidrográfica del Júcar. Por suerte, se nos ha abierto un nuevo horizonte para su aprovechamiento: la empresa valenciana Hardacho nos ha propuesto para este mismo verano una serie de actividades infantiles y deportivas en combinación con el restaurante El Molinete, que está a las afueras de Valbona en dirección Valencia. Tenemos una playita en una zona apta para el baño, fuera del vaso, y se han traído unas tablas para remo –paddle surf– para su uso. Además, ahora vamos a mejorar el acceso desde el pueblo, que es sencillo y está asfaltado en buena parte".

Valbona también se apresta a recibir a los ciclistas que recorren la Vía Verde Ojos Negros-Sagunto, con una estación BTT orientada a la atención de este tipo de viajeros.

La historia de Víctor Sanz tiene su aquél. Docente de profesión, fue reportero en su juventud –a principios de los años setenta– para el ‘Diario de Teruel’, el ‘Noticiero’ de Zaragoza, ‘La Voz de la Sierra’… hacía dos crónicas semanales sobre cualquier hecho, desde la floración invernal de un peral en altura a las vicisitudes de una fiesta popular. "Yo trabajaba en Almenara, en Castellón, a más de cien kilómetros, y venía todo lo que podía al pueblo en los fines de semana. Un día me abordaron a la salida de misa y me pidieron que me presentase. Dije que no, por aquello de verme obligado a los desplazamientos, pero no se rindieron y volvieron a insistir al domingo siguiente, y al otro, luego vino otro partido… al final pensé que había cosas que hacer, y me lancé a bocetar en un programa; salieron veinte cuestiones fundamentales. Volvieron a insistir, y no pude negarme".

Ya como alcalde, estando en Valencia, hacía una kilometrada tras otra para cumplir con su pueblo. "En seis años que estuve allá, apenas me quedé dos fines de semana. Daba clases de Pedagogía terapéutica y Logopedia: en aquellos tiempos eran estudios pioneros; fue muy enriquecedor, y además me abrió camino. Recuerdo un niño mutista de cinco años, el primer caso que tuve como terapeuta, aún no era logopeda; tenía fuertes deficiencias de atención. Solamente hablaba con su abuela, y muy poco. Un día, jugando con él, haciéndole cosquillas, de pronto se me quedó mirando y dijo “no”. Tras esa primera palabra llegaron otras, muchas otras".

Con Valbona fue asumiendo los retos de uno en uno. "El pueblo estaba desestructurado, las calles estaban todas levantadas y entendí que la primera imagen que diéramos debía ser otra, había que crear empatía con vecinos y visitantes. Las fuimos arreglando una por una. Si los zapatos no son acordes al vestido, algo falla".

Los intereses sociocultorales de los ‘gacheros’

Como ocurre en casi todo los municipios, los habitantes de Valbona también tienen su gentilicio popular; son los ‘gacheros’. "Es por la comida, las gachas –aclara Víctor– que fue el gran sustento en la posguerra. Ahora tenemos un Día del Gachero, el tercer sábado de septiembre, en mitad de las fiestas; se hace matanza de un cerdo y se da de comer a la gente. Suelen salir veinte calderos de gachas y cada uno tiene su fórmula personal, con o sin harina de maíz, con distintos elementos... se reparte una cuchara a cada comensal y se van probando. En cuanto a otras fiestas, se han recuperado las hogueras en las vísperas de San Antonio Abad Santa Bárbara (los patronos) San Roque y Santa Lucía, además de la de San Juan, claro".

De las asociaciones locales destaca la de Mujeres, que se implica en todo tipo de actos sociales, y La Carroncha, a la que pertenece casi todo el pueblo: lleva 25 años, llegó a tener casi 600 socios y edita una revista del mismo nombre.

LOS IMPRESCINDIBLES

Museo Monleón-Giménez

Situado en la Calle del Horno, está dedicado a la historia natural y la etnografía. Además de colecciones de fósiles, minerales e insectos, hay historia y fotos antiguas (en la imagen, turolenses en la isla de Ellis de Nueva York en 1920).

Masía El Molinete

Aunque se le conoce como un hotel de Mora de Rubielos, está en Valbona, en una finca de encinares bañada por el río Mijares, y se especializa en turismo familiar, además de organizar eventos sociales y culinario de todo tipo.

Francisco Piquer Rodilla

Nacido en Valbona en 1666 y formado en el Seminario de Teruel, fue capellán del Convento Real de las franciscanas y  fundador de la Caja de Ahorro y Monte de Piedad de Madrid, base del modelo que siguieron entidades de toda España.

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