La miopía es uno de los grandes problemas que afectan actualmente a miles de personas en todo el mundo. El uso excesivo de dispositivos móviles, ordenadores o tabletas ha favorecido el incremento de este problema en los últimos años.

Sin embargo, la tecnología no es lo único que puede afectar a nuestra percepción visual. De hecho, un estudio de las universidades de Cardiff y Bristol, recogido por ‘British Medical Journal’, advierte que por cada año extra dedicado a estudiar aumenta en 0,27 dioptrías el error de refracción miope.

Los científicos encargados de realizar este trabajo ponen de manifiesto que su estudio proporciona "pruebas sólidas" de que dedicar más años al estudio a tiempo completo es un factor determinante para el desarrollo de la miopía.

Esta problemática es una de las principales causas de discapacidad visual en todo el mundo. En Estados Unidos y Europa, entre el 30 y el 50% de la población adulta sufre miopía. Según las tendencias existentes, se espera que el número de personas afectadas por miopía en todo el mundo aumente de 1.400 millones a 5.000 millones en el año 2050, lo que podría llegar a alcanzar casi al 50% de la población mundial.

¿La miopía es genética?

El estudio está basado en una técnica denominada aleatorización mendeliana, que usa variantes genéticas para comprobar si una asociación observacional, como puede ser por ejemplo la relación entre la educación y la miopía, es un efecto causal o no.

Para esta muestra se analizaron 44 variantes genéticas vinculadas con la miopía y 69 variantes genéticas relacionadas con los años de escolarización de más de 67.000 hombres y mujeres con edades comprendidas entre los 40 y los 69 años de edad.

Finalmente, los resultados respaldaron la tesis de que existe una relación entre la miopía y la gente con mayores niveles de educación.

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