La vida sin sexo: ¿cómo afecta a mi cuerpo?

La ausencia de actividad sexual puede derivar en diferentes síntomas, tanto a nivel físico como psicológico.

Las disfunciones sexuales a edad temprana siguen siendo un "tabú" para muchas personas.
La actividad sexual cuenta con importantes beneficios para nuestro cuerpo.
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Mantener relaciones sexuales es algo beneficioso para la salud de cualquier ser humano. De hecho, varios estudios evidencian que el sexo repercute positivamente tanto a nivel físico como psicológico. Pero, ¿cómo es la vida sin actividad sexual?, ¿repercute negativamente en nuestro día a día?

La especialista Eva Mª. González, de Psicólogos Sexólogos Zaragoza, enumera los siguientes beneficios del sexo en la vida del ser humano:

Aumenta el nivel de deseo sexual. Tener relaciones sexuales satisfactorias permite tener mayor deseo estableciéndose una causa-efecto. Ayuda a fortalecer el sistema inmunológico. Mantener relaciones sexuales protege contra los virus y gérmenes. Protege el sistema cardiovascular. Previenen ataques cardíacos además de regular la presión arterial. Ayuda a relajarse y dormir. Libera la hormona prolactina responsable de la relajación y la somnolencia. Reduce el estrés. Durante las relaciones sexuales se liberan sustancias químicas que producen bienestar y se reducen los niveles de cortisol, que es la hormona responsable del estrés. Actúa como analgésico. Debido a las endorfinas liberadas y a la oxitocina, encontrando los estudios que contribuye a disminuir dolores menstruales, dolor de espalda y migrañas. Influye en el estado de ánimo. Libera endorfinas, hace sentirse relajado y deseado por el otro contribuyendo a una buena autoestima. Fortalece el suelo pélvico. Durante el orgasmo se produce la contracción de los músculos del suelo pélvico, lo que favorece su fortalecimiento.Por el contrario, mientras sí existe una evidencia científica de los beneficios de la actividad sexual, no ocurre lo mismo con el extremo opuesto. La razón principal es que no se puede hablar de "anulación sexual total" de una persona debido a que todos somos "seres sexuados". Es decir, puede que no existan relaciones sexuales con otras personas, pero sí puede darse el autoerotismo, las fantasías o los deseos eróticos.

Nivel físico y psicológico

A nivel físico, es evidente que la ausencia de actividad sexual nos evitará disfrutar de los beneficios que reportan este tipo de relaciones en el sistema inmunológico y cardiovascular. Además, tampoco se liberarán sustancias segregadas en las relaciones sexuales como la dopamina (un neurotransmisor implicado en la motivación, atención, el humor y el sueño); o la oxitocina, popularmente conocida como la ‘hormona del amor’, que aumenta sus niveles en el cuerpo cuando se mantienen relaciones sexuales y sirve para fortalecer el vínculo afectivo junto con la liberación de endorfinas.

Por último, en el apartado psicológico, la especialista matiza que conviene determinar qué significa para una persona privarse de la actividad sexual: si es una decisión de abstinencia sexual por razones religiosas, si el motivo son miedos o ansiedades que pueden generarse en una pareja, cualquier dificultad como problemas de erección o eyaculación precoz…

Aunque no es lo mismo un ser humano que nunca ha mantenido relaciones sexuales y esto no le afecta negativamente, que otra persona que sí las ha tenido y ahora la ausencia de estas le genera ansiedad y preocupación, lo que puede afectar a su bienestar emocional.

"Cada persona decide libremente cómo y en qué momento desea expresar su erótica", concluye la sexóloga Eva Mª. González.

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