Mujeres jóvenes que se han quedado viudas de repente, empresarias o ejecutivas que han descuidado su vida personal, personas mayores que creen que ya se ha pasado su momento. ¿Les suenan estos perfiles? En un momento como el actual en el que la soledad está considerada como uno de los grandes males de nuestro tiempo, la zaragozana Asun Sancho se ha propuesto ponerle solución a este problema.

El pasado mes de septiembre comenzó a darle forma al proyecto ‘Penélope hace la maleta’, una idea que nace a raíz de una dura experiencia personal y con el objetivo de ayudar a otras mujeres a perder el miedo a viajar solas. “Mi madre no llevó bien la muerte de mi padre, y eso me hizo pensar que podía ayudar a otras mujeres a tratar de superar este tipo de momentos complicados. Una muerte prematura o inesperada nos hace sentir que la vida se para, pero no es así, hay que seguir adelante”, reflexiona Sancho.

¿Y qué mejor manera que hacer un viaje para empezar de cero? Esta propuesta de la vecina de El Burgo de Ebro se asemeja a una agencia de viajes, pero totalmente personalizada y dedicada a mujeres que se sienten solas o simplemente que quieren hacer un viaje y no se atreven a dar el paso por hecho de no estar acompañadas.

“Una vez empieza el viaje, ellas pueden decidir hasta qué punto necesitan de mi compañía. Puedo estar para lo que necesiten o dejarles su espacio, se trata de que cada una haga lo que necesite”, añade.

La idea nace en el seno de una edición del proyecto GIRA Mujeres de Coca-Cola, concebido para tratar de mejorar la capacitación para el empleo y fomentar el carácter emprendedor entre las mujeres del mundo rural. “En mi caso completé esta formación con varios programas de los Institutos Aragoneses de Fomento y el de la Mujer y conseguí darle forma a mi idea inicial”, asegura.

‘Penélope hace la maleta’ propone viajes a medida pero, reivindica, no se trata de un servicio de guía turística ni de una simple agencia de viajes: “Lo que yo propongo no es un viaje habitual, es algo más interno, es romper esa barrera que muchas veces les impide dar el salto y atreverse a hacer algo que parece tan fácil como salir de viaje, y no solo eso, ir al teatro o a ver una exposición”.

En cuanto al nombre de su proyecto, tampoco es casual. Penélope hace referencia a la mujer de Ulises, un personaje de la Odisea, considerado uno de los dos grandes poemas épicos atribuidos a Homero. “Penélope perdió a su pareja e inventó un plan para evitar volver a contraer un matrimonio que no quería. Es una metáfora de una mujer que decide por ella misma”, indica Sancho.

Además, asegura que se trata de un servicio extendido en otros países como en Estados Unidos, donde muchas mujeres de negocios recurren a este tipo de servicios para evadirse de su día a día centrado en el ámbito laboral. En nuestro país no existen experiencias de estas características, posiblemente por la forma en la que tratamos de afrontar la soledad. “Por experiencia, sé que la gente que se siente sola no avisa, no llama, pero quizá alguien que esté a su alrededor y se dé cuenta de lo que ocurre pueda echarle una mano”, reflexiona.

Hasta la fecha, Sánchez tan solo ha realizado viajes a ciudades españolas como Madrid o Barcelona y salidas en la misma capital aragonesa. “El perfil es de mujeres más bien mayores que se sienten solas y no tienen con quién hablar. Además, es más fácil contarle las cosas a gente que no nos conoce de nada”, afirma la zaragozana, que actualmente compagina este proyecto con su trabajo en una cafetería.

“Los aragoneses no saben hacer la maleta”

Tan solo hay que rellenar una ficha indicando qué lugar se quiere visitar y las fechas, y qué tipo de viaje sería el ideal, y ella se encarga de organizarlo todo. “No tengo un precio cerrado porque cada viaje es distinto, cobro una tarifa de acompañamiento de entre 100 y 150 euros y los gastos del viaje van aparte”, explica.

Una vez se deciden estos datos, entrega a cada viajera unos consejos básicos a la hora de preparar el equipaje, el desplazamiento y se hace cargo de todos los trámites necesarios: “Una de las cosas que más me ha llamado la atención es que no sabemos hacer una maleta en condiciones”, añade.

Asegura que, en la mayoría de los casos, acabamos llevando cosas que ni siquiera vamos a utilizar. “Los aragoneses somos muy de meter cosas ‘por si acaso’, y esto es un error muy común. Terminamos metiendo más de lo que necesitamos y luego volvemos y lavamos todo, hay que llevarse lo justo además donde vayamos habrá tiendas”, concluye.