San Esteban de Litera: entre panales y casas señoriales

San Esteban de Litera, zona yesera por excelencia, asienta su desarrollo sobre nuevos proyectos emprendedores que incluyen la apuesta de El Prado, una combinación de gastronomía y entorno natural didáctico.

Pili Ollés, en las colmenas que ha dedicado a sus dos sobrinas.
Pili Ollés, en las colmenas que ha dedicado a sus dos sobrinas.
Laura Uranga

Hace dos semanas, la variedad de romero de la firma Miel y Aromas del Pirineo se llevó el premio a la mejor miel de Aragón en la Feria de Primavera de Biescas. La joven empresa ya había conquistado este galardón hace tres años en el mismo foro, gracias a su producto mil flores. Detrás de tan aplaudido empeño está Pili Ollés, joven empresaria de San Esteban de Litera.

"Nací en San Esteban, y la verdad es que siempre me han encantado las plantas, la naturaleza, la pureza de los productos que nos brinda. Mi afición se fue pronto hacia las variedades medicinales y aromáticas, y quise saber un poco más sobre el tema; así que fui formándome todo lo que pude. En un congreso en Badajoz conocí a unos apicultores que me motivaron para iniciarme de verdad en la cría de abejas y la tarea de la apicultura; empezó como un hobby y poco a poco se convirtió en algo más".

San Esteban de Litera: entre panales y casas señoriales

La zona favorece la floración, pero el secreto de Pili –le ayuda en el empeño su pareja, Jorge– es moverse en busca de las mejores condiciones. "A principio de campaña, cuando se van yendo los fríos, bajo las colmenas a los Monegros para hacer las monoflorales de romero. En mi zona trabajo más la conjunta con la de tomillo, pero cuando se acerca el verano y los abejarucos amenazan las colmenas, nos las llevamos al Pirineo, a Benasque, y ahí se quedan hasta septiembre. Estos pájaros pueden comerse hasta 50 gramos de abejas al día, por lo que las abejas ya no salen de las colmenas cuando os detectan, y dejan de trabajar. En otoño de ahí en adelante, las abejas hibernan y las vamos alimentando proteínas y vitaminas. Tenemos 420 colmenas de los tres tamaños y tipos más populares, pero hay dos a la que les tengo especial cariño, las dedicadas a mis sobrinas Ela y María".

La miel de bosque, también muy apreciada por los incondicionales de la zona, es la de última cosecha del año. La pareja busca ayuda entre los jóvenes del pueblo en cada campaña, y también se aplican en otros empeños, como la recolecta de polen, la fabricación de tinturas de propóleo y la venta de cera virgen para cosmética casera.

Pili está orgullosa de colaborar a que San Esteban sea más popular en los círculos gastronómicos. "Se hace lo que se puede: la cosa es trabajar con cariño y respetando todas las partes para llegar a un buen producto. Ahora estoy muy ilusionada con nuevos proyectos, entre ellos el trabajo junto a mi cuñado Paco –Francisco Brualla– que lleva la parte de restauración de la zona de El Prado de San Esteban. Además de comer muy bien, allí hay una zona de descanso y juegos, piscina abierta en verano, un jardín botánico... estoy haciendo un pequeño jardín aromático y medicinal, y vamos a preparar unos talleres explicativos de la apicultura y impacto medioambiental, muy orientados a los niños. Es bueno que se conozca la importancia de las abejas en el día a día, aclarar algunas falsedades y dejar muy clara la diferencia con las avispas, que a diferencia de las abejas no hacen ningún aporte concreto. La abeja es el mejor termómetro de la naturaleza. También he dado charlas en colegios y pueblos cercanos".

Francisco Brualla ha pasado mucho tiempo fuera del pueblo, pero regresó con todas las ganas. "Siempre le vi mucho potencial a este enclave, surgió la oportunidad de llevarlo y hemos apostado a producto de proximidad, mezclar el detalle con las recetas tradicionales. De nuestra oferta, lo que más está triunfando es una ensalada de rulo de cabra muy especial, el pulpo a la brasa y caracoles. La miel está presente, claro, desde el aliño de unas alitas al toque que aportan al yogur de Fonz, una manera perfecta de acabar una comida".

San Esteban es un pueblo precioso. Sus casas solariegas –Raso, Salas, Falces– llaman la atención; muchas de ellas tienen sus propias capillas, con accesos diferenciados. La iglesia de San Esteban tiene una apariencia singular, con su ladrillo aparejado a tizón sobre basamento de piedra sillar de yeso. En los alrededores, las zonas de caminata y bici más transitadas son las cercanas al río Sosa, donde hay áreas preparadas para el picnic. Los aljibes en la Roca Foradada, los tamarices gigantes –se dice que no tienen parangón en España– y el observatorio de aves en la zona de la balsa son paradas habituales de lugareños y visitantes.

La recuperación de los antiguos hornos de yeso es una aspiración coral del municipio

La tradición se hizo industria, y durante muchos años constituyó una gran fuente de ingresos para San Esteban de Litera. Los viejos hornos en La Chesería de Riverola, cercanos a la zona de El Prado, han sido objeto de diversos trabajos de restauración, desde campos de trabajo juveniles coordinados –scouts incluidos– a acciones mancomunadas con el Ayuntamiento y la comarca. El yeso de San Esteban, oriundo de la muralla blanca que compone el anticlinal Barbastro-Balaguer, se trasladaba a Binéfar y desde allí llegaba en tren a toda España. El proceso de fabricación era rudimentario, a la par que minucioso: la piedra cruda se sometía a una deshidratación inicial por medio de calcinación controlada, que generaba cristales de mínima porosidad y forma regular, ideales para mejorar la dureza y resistencia posteriores. Las fases de trituración, molienda, cribado y mezclado daban lugar posteriormente a las diferentes variedades del producto.

LOS IMPRESCINDIBLES

Santo Stefano y la cerveza

El antiguo castillo del pueblo, sometido a una remodelación y actual mirador privilegiado, va a ser ahora la inspiración para una cerveza local que producirá Exclusivas Cerveceras y que mezclará trigo, cebada y miel.

Aviagen

La multinacional comenzará su actividad en San Esteban este verano, en la que va a ser una de las incubadoras de huevos más moderna de Europa. El Gobierno de Aragón ha colaborado en su instalación con 173.000 euros.

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