"Mi vida ha cambiado desde la llegada de la enfermera al centro"

Desde finales de abril, su colegio cuenta con una enfermera para atender el caso de Gabriela, una pequeña con una cardiopatía congénita.

Gabriela junto a sus padres, Moisés y Desi.
Gabriela junto a sus padres, Moisés y Desi.
Oliver Duch

Desi Gutiérrez tiene el corazón en un puño desde finales de abril, pero sabe que tiene que estar contenta porque su vida y la de su hija han dado un giro de 180 grados. Hasta hace unos días, ella pasaba todas las horas lectivas junto a la clase de su hija Gabriela, una pequeña de diez años que nació prematura con una cardiopatía congénita que le obliga a unos cuidados especiales.

"Mi vida ha cambiado por completo desde que se incorporó la enfermera al centro. Estoy con un poco de angustia y siempre pendiente del móvil por si pasa algo, pero sé que es lo mejor tanto para ella como para mí y que se me acabará pasando", cuenta Desi. "Nunca la había dejado sola, pero es un paso que tenía que dar", añade.

Su colegio El Espartidero de Santa Isabel le ha apoyado en su lucha desde el principio. La dirección fue la primera en reclamar a Educación que contrataran una enfermera para el colegio. "La profesional está situada en la sala que antes me pasaba yo las mañanas pendiente de mi hija", explica.

Ahora, sabe que Gabriela podrá acudir a clase independientemente de si ella se pone mala o está indispuesta un día. "Dependía de mí para todo", asegura.

Aunque durante años Gabriela recibió educación en su domicilio, es este curso escolar cuando se ha incorporado al colegio, donde convive con más niños, ha podido vivir experiencias propias de su edad y se le ve más animada estudiando Matemáticas, Lengua o Ciencias Naturales. "Aunque ahora nos queda resolver el problema con Educación Física. El cardiólogo le prohíbe hacer cualquier ejercicio, pero en Primaria no se contempla exenciones de ningún tipo. Ya he escrito a Educación en ese sentido", señala.

Desi piensa que aunque el principal motivo para la contratación de esta enfermera sea su hija Gabriela, la presencia de la profesional beneficiará a otros pequeños del centro escolar, con enfermedades crónicas o con alguna patología puntual. "Es una buena noticia para todos los padres, porque tener una enfermera siempre es un plus para un centro escolar", concluye.

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