Equidad y conciliación

Son muchas las familias aragonesas que en esta época del año se plantean cuáles son las condiciones ideales para criar a los niños, si en casa o en centros educativos o sociales.

F.P.
F.P.

El primer ciclo de Educación Infantil se ha constituido en uno de los principales recursos para la conciliación de la vida laboral y familiar de muchos padres y madres que, cada vez más, optan por recurrir a una guardería antes que a los abuelos o familiares. En este sentido, son muchas las iniciativas políticas que han enfatizado el papel de las guarderías infantiles desde el punto de vista de servicios de asistencia y atención a los menores, como estímulo para la participación laboral femenina. Sin embargo, además de este carácter de apoyo a las familias, en los últimos años, está adquiriendo una mayor importancia el papel educativo de estas instituciones, más allá del papel asistencial y de cuidado, constituyéndose en una medida de mejora de la equidad social. Diversos estudios destacan la importancia de tener acceso a centros educativos antes de la edad de escolarización obligatoria, sobre todo en la población más desfavorecida económica y culturalmente, tanto por la repercusión en el desarrollo actual de los niños como por los beneficios en su futura escolarización. Sin embargo, las estadísticas muestran que la mayor parte de los escolarizados son de familias de clase media cuyos padres tienen niveles formativos elevados.

A pesar del aumento a lo largo de los últimos años, la escolarización temprana es todavía una asignatura pendiente en Aragón. En nuestra Comunidad se constata, según el  Informe de Infancia en Aragón 2017, realizado por Unicef, que 1 de cada 5 padres/madres encuestados declaran no poder llevar a su hijo/a a la guardería por motivos económicos. En Aragón únicamente están escolarizados 1 de cada 3 niños y niñas de edades entre 0 y 2 años, a diferencia de otras comunidades como País Vasco, Madrid o Galicia, que cuentan con una mayor tasa neta de escolaridad en este tramo de edad.

Dado que los primeros años de vida de un niño afectan de manera tan notable al desarrollo del cerebro, la primera infancia ofrece una ventana de oportunidad fundamental para romper los ciclos intergeneracionales de inequidad. La asistencia al primer ciclo de Educación Infantil es para estos niños y niñas un factor compensador muy potente y una valiosa herramienta para hacer una apuesta fuerte por una educación más inclusiva. Es necesario disponer de plazas suficientes y dar apoyo a las familias para que puedan escolarizar a sus hijos e hijas en esta etapa educativa, especialmente a aquellas que se encuentran en situaciones de mayor vulnerabilidad o tienen hijos con algún tipo de discapacidad.

Por lo tanto, garantizar el acceso a la educación en el primer ciclo de la Educación Infantil es una inversión rentable porque facilita la adquisición de habilidades, competencias y capacidades que maximizan el éxito en la transición a la Educación Primaria. Disminuyendo, a medio y largo plazo, las tasas de fracaso y abandono escolar.

La asistencia de niños y niñas al primer ciclo de la Educación Infantil es, además, una medida de conciliación de la vida laboral y familiar que posibilita la integración de sus madres en el mundo laboral, ya que mayoritariamente son las madres las que quedan al cuidado de los hijos ante la falta de alternativa. Al mismo tiempo que se configura como una potente herramienta para erradicar la pobreza infantil, ya que el hecho de que las madres se incorporen al mercado laboral posibilita el aumento de los ingresos familiares.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible exhortan a los gobiernos a "velar por que todas las niñas y todos los niños tengan acceso a servicios de atención y desarrollo en la primera infancia y a una enseñanza preescolar de calidad".

Para que la educación cumpla su función de agente catalizador de la equidad debe comenzar con intervenciones en la primera infancia. Invertir en una atención y una educación de calidad en la primera infancia comporta un doble beneficio: es a un tiempo justo y eficaz.