Denuncian saturación y falta de recursos en los centros de menores de Huesca

Los educadores piden más medios y un cambio en el sistema para que no tengan que convivir chicos de perfiles más problemáticos con otros más normalizados.

Imagen de archivo de unas jornadas sobre acogimiento celebradas en Zaragoza.
Imagen de archivo de unas jornadas sobre acogimiento celebradas en Zaragoza.
Aránzazu Navarro

El Instituto Aragonés de Servicios Sociales está llevando a cabo una reorganización de los centros de protección de menores para mejorar la atención. Tras el cierre del polémico Centro de Observación y Acogida (COA) Cesaraugusta de Zaragoza, el objetivo es crear centros más pequeños y con una atención más personalizada. Pero esta reestructuración no llega a Huesca y Teruel. Los educadores de los dos centros de menores de Huesca denuncian que los pisos están saturados y que faltan recursos, y piden un cambio de modelo para facilitar la convivencia de chavales con perfiles muy diversos.

En la ciudad de Huesca hay dos pisos de menores de ocho plazas cada uno. En este año se ha superado muchos días la capacidad y algún niño ha tenido que dormir en el sofá del salón. Estos centros solo cuentan con un educador por turno. Además, ni en Huesca ni Teruel hay un centro específico para atender la acogida de urgencia (como si existe en Zaragoza), por lo que en los centros de menores conviven chicos y chicas con características y problemáticas muy diferentes.

"Los dos pisos de Huesca funcionan a la vez como vivienda hogar y centro de observación y acogida. Los menores que llevan residiendo un tiempo y llevan una vida normalizada tienen que convivir con otros que llegan en una situación de urgencia, algunos con graves problemas de conducta o consumos de droga, lo que perjudica significativamente su estabilidad y bienestar. En la mayoría de las provincias, los menores de centros residenciales en ningún caso han de convivir con los que están en fase de observación y acogida", explican los educadores.

Además, subrayan que la escasez de personal dificulta y empeora la calidad de la atención a los menores. "Actualmente, los menores que por circunstancias familiares y personales tienen que ingresar en un centro no pueden disponer de una cama y un espacio con intimidad, ni siquiera para deshacer su maleta y guardar sus pertenencias, condiciones que resultan básicas. Y solo hay un educador en el piso, que tiene que atender a 8 o 9 chicos a la vez con problemas diversos y situaciones muy complicadas", apuntan.

En los pisos conviven chicos y chicas que han pasado situaciones de maltrato o abandono familiar, con menores extranjeros que han llegado solos a España, adolescentes consumidores de drogas, acosadores y acosados, menores con problemas de conducta o salud mental, niños cuyas familias no pueden hacerse cargo de ellos por diversos problemas económicos o sociales, etc. La mayoría tienen entre 14 y 18 años, pero también hay niños pequeños para los que no se ha encontrado una familia de acogida.

La reestructuración de los hogares de acogida de Zaragoza a principios de este año ha empeorado la situación de Huesca, ya que antes se derivaban casos de urgencia al COA de Zaragoza y ahora se quedan en la capital oscense. Para los educadores esta situación es "una injusticia" y un caso de "maltrato institucional". Por eso piden más recursos y un cambio de modelo.

300 menores viven en pisos tutelados

El servicio de Atención a la Infancia y a la Adolescencia del Gobierno de Aragón tiene abiertos en estos momentos 1.180 expedientes de protección de menores. Con un total de 495 niños se realiza intervención educativa en su propio familia; 187 viven con familias de acogida; 308 en centros residenciales, y 190 están pendientes de estudio.

"Nuestra prioridad es que los menores puedan estar con sus padres o entorno familiar extenso. En los casos en los que no es posible o no tienen familia (como los menores extranjeros que han llegado solos), buscamos soluciones como familias de acogida o centros residenciales. Son soluciones temporales mientras trabajamos con ellos y sus familias para intentar que puedan volver a casa", explica María José Bajén, jefa de servicio de Atención a la Infancia y a la Adolescencia.

El IASS ha puesto en marcha este año un proceso de reorganización de los centros de menores de Zaragoza, especialmente en el sistema de acogida. "Estamos consiguiendo que los niños de 0 a 3 años vayan directamente con familias de acogida. A partir de 3 años hemos creado cuatro unidades de acogida diferenciadas no tanto por la edad sino por las necesidades de los niños, manteniendo a los hermanos juntos y separando a los casos más vulnerables o de especial dificultad. Tendemos a centros más pequeños y con una atención más personalizada", explica María José Bajén.

Tras pasar por los centros de acogida, hay una red de pisos o centros residenciales para atender a los menores en estancias más largas (algunos llegan a estar varios años, hasta la mayoría de edad). En Zaragoza hay 10 centros, en Huesca dos y en Teruel otros dos, la mayoría gestionados por entidades privadas. Además, se conciertan plazas en otros centros especializados, por ejemplo en problemas de conducta, consumo de drogas o para embarazos adolescentes.

La jefa de servicio reconoce la situación de "escasez de recursos" de Huesca y afirma que se va a solucionar durante este año. "Se revisarán las ratios para incorporar más personal. La situación de saturación de este año no es habitual. Otros años había plazas libres. No vamos a crear un centro nuevo ni dedicar uno exclusivo a casos de urgencia. Se va a mantener el uso mixto residencial y de acogida de los dos pisos intentando que uno sea para aquellos de más edad y otro para más pequeños", señala.

Queda pendiente terminar la reestructuración del sistema de protección de menores y a final de año está previsto que salga un nuevo concurso para la gestión de los centros. "Nuestro reto es seguir trabajando para conseguir la atención de los menores en su entorno familiar y seguir potenciando el programa de acogimiento familiar. También vamos a mejorar la coordinación territorial e institucional, contando con Salud, Educación, las comarcas y los ayuntamientos", subraya Bajén.

¿Son eficaces los centros de menores?


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