Aragón a pie: de Las Bellostas a Rodellar por el GR 1

Las Bellostas, punto de partida, es una pequeña localidad situada a 1.110 m. de altitud, perteneciente al municipio de Aínsa. Punto de referencia e importancia en el pasado, actualmente cuenta con no más de nueve habitantes.

El GR 1 parte de la localidad, inicialmente paralelo a la pista que desciende al cauce del río, y una vez cruzado y superadas las ruinas de la ermita de San Miguel la senda asciende hacia Bagüeste con cierta verticalidad, aunque el camino se hace agradable al no faltar vegetación en todo su recorrido.

Enseguida divisaremos las ruinas de Bagüeste, otro pueblo abandonado de los muchos existentes en la zona, bien situado sobre una atalaya dominaba los barrancos de Balcés y Mascún. Llegó a tener 79 habitantes a principios del siglo XX; hoy no hay ninguna casa en pie y solo el campanario de la iglesia de San Salvador (de siglo XII) parece que resiste a las vicisitudes del tiempo.

Tras visitarlo retrocederemos unos metros sobre nuestros pasos para coger la senda que nos dirige a la ruta de los quejigos centenarios, 26 ejemplares de espectacular belleza y singularidad. Solo por esto vale la pena acercarse a estos hermosos parajes.

Después de este placentero paseo observando a estos robles llenos de historia y de vida, volveremos de nuevo a la pista en busca de la senda que nos llevará de nuevo al GR-1 en dirección a Letosa, el segundo pueblo abandonado de la ruta.

De Letosa a Otín seguiremos por el GR 1, que discurre paralelo a una pista rural, por encima de los oscuros del Mascún, con unas vistas impresionantes de la barranquera.

A la salida de Otín dejaremos el GR 1, que se dirige a Bara, y continuaremos por una senda bien marcada por la ladera de La Solana que discurre por encima del Mascún, ofreciéndonos desde lo alto unas perspectivas magníficas de los oscuros. Un frondoso robledal del que nos separa un trabajado y antiguo muro de piedra crece al abrigo de la solana.

Hasta el río Mascún

Toca llegar al cauce del Mascún por La Costera y varias lazadas nos aproximarán en un descenso pronunciado de 360 m hasta la orilla del río. En la bajada podremos observar las curiosas formaciones rocosas denominadas Cuca Bellostas y La Ciudadela.

Una vez el congosto abandona el río, la senda discurre por una zona más abierta, lo que nos permite tener unas bonitas imágenes de las formaciones rocosas. El cauce se cruza varias veces y seguramente en algún tramo haya que descalzarse si las lluvias han aumentado el cauce del río. Enseguida llegaremos a la foz del Mascún inferior, donde el río vuelve a encajonarse. A la derecha dejamos el desvío que por el barranco de Andrebob y el dolmen de La Losa Mora nos acercaría al GR-1 dirección a Bara o a Otín.

De frente, en la parte superior del barranco, una singular cavidad rocosa con forma de ventana nos llamará la atención, apodada el delfín por su parecido. A nuestra derecha encontraremos la surgencia del Mascún, una fuente que alimenta al río prácticamente durante todo el año. La senda que discurre por el cauce a la derecha del mismo, nos obliga en un punto determinado a realizar un último cruce para abandonar el barranco por un tramo que en varios zigzag nos hace ganar altura, situándonos en el desvío a la ermita de la Virgen del Castillo. Seguiremos por encima del barranco hasta la entrada a Rodellar, casi en la convergencia del Alcanadre y Mascún, encuentro que podemos observar desde nuestra posición.

Un corto paseo, seguramente después de realizar fotos en la cruceta que nos encontramos antes de abandonar el último tramo de pista, nos dejará en la entrada del pueblo. Hemos disfrutado de una excelente e inolvidable jornada, ahora toca descansar y recuperar fuerzas en esta localidad.