El acuerdo entre el PSOE y Ciudadanos para rebajar el impuesto de Sucesiones en Aragón a partir de 2019 no solo ha provocado tensiones entre los socios de gobierno (CHA) y sus aliados de hecho (Podemos), que acusan al socialista Javier Lambán de ceder ideológicamente ante la derecha y legislar en favor de las clases pudientes.

A un año de las elecciones saltan chispas por todos los lados, y es normal porque las encuestas detectan posibles trasvases de votos entre partidos situados en sus respectivas antípodas ideológicas, como Podemos y Ciudadanos. El secretario general y líder de la formación morada en Aragón, Nacho Escartín, ha arremetido en su cuenta de Twitter contra el líder de la formación naranja, Albert Rivera, y a los diputados autonómicos del partido naranja. Tras recordarles que cuentan con una representación minoritaria de solo cinco escaños, les reprocha que esta reforma de Sucesiones sea prácticamente su única iniciativa parlamentaria en tres años de legislatura y les acusa abiertamente de hacer políticas en favor de los ricos en lugar de las clases trabajadoras.

Lo ha hecho después de que el mismísimo Rivera presumiera en su cuenta haciendo ver que, con iniciativas como esta, se puede ser más útil en la oposición que a la sombra del gobierno. Rivera se felicitaba por este gran trabajo “para la clase trabajadora” y advertía que “cuando gobernemos allí” (en Aragón) rematarán la faena suprimiendo totalmente un impuesto que en Aragón sigue teniendo una fuerte contestación social por ser hoy la comunidad más gravosa para los contribuyentes. Hasta el propio presidente Lambán acaba de reconocer que es injusto que los aragoneses estén pagando más por este concepto que el resto de los españoles.