El legado de ETA en Aragón: 16 muertos, 100 heridos y atentados con víctimas sin resolver

Policías, guardias civiles, militares y políticos fueron sus objetivos entre 1979 y 2006. La Audiencia Nacional va a interrogar en Francia al etarra que pudo matar a Giménez Abad hace 17 años.

Una ambulancia en la calle Cortes de Aragón, donde ETAasesinó a Giménez Abad en 2001.
El legado de ETA en Aragón: 16 muertos, 100 heridos y atentados con víctimas sin resolver
C. Moncín/Heraldo

La banda terrorista ETA ha anunciado su disolución definitiva después de llevar 60 años matando, pero su huella macabra en Aragón es muy sangrienta: 16 muertos y 100 heridos desde 1979 hasta 2006 en los casi 40 atentados cometidos en la Comunidad. Además, deja varias víctimas aragonesas que fallecieron o resultaron heridas en otras autonomías, desde militares, a guardias civiles, policías y ciudadanos. Varios de ellos forman parte de los 358 casos sin resolver en los tribunales que dejaron los 853 muertos que se registraron en todo el país.

El atentado más sangriento en Aragón fue el de la casa cuartel de la Guardia Civil de Zaragoza, ocurrido el 11 de diciembre de 1987, en el que ETA mató con un coche bomba a once personas (cinco de ellas menores de edad y una más de 17 años). Recientemente, se conmemoró el 30 aniversario de la masacre y la Guardia Civil recibió el apoyo de todos los aragoneses.

Ese trágico 1987 comenzó con el atentado en San Juan de los Panetes. Ese enero, ETA hizo explotar un coche bomba al paso del autobús de la Academia General Militar. El resultado: dos muertos y 40 heridos. En junio de ese mismo año, los etarras mataron a 21 personas en un Hipercor de Barcelona.

Investigación en curso

En estos momentos solo hay una investigación abierta en la Audiencia Nacional sobre atentados de ETA en Aragón o relacionados con víctimas aragoneses, porque los demás están archivados o sobreseídos. Se trata del crimen de Manuel Giménez Abad, presidente del PP Aragón, quien fue asesinado a tiros por un comando etarra el 6 de mayo de 2001 en la calle Cortes de Aragón de la capital zaragozana, cuando el político iba con su hijo Borja a un partido de fútbol Real Zaragoza-Numancia en La Romareda.

Después de que la investigación de la Guardia Civil aportara nuevas pruebas, el juez instructor, Santiago Pedraz, acordó el pasado mes de febrero que se interrogue en una prisión de Francia al terrorista Mikel Kabikoitz Carrera Sarobe, alias ‘Ata’ y exjefe militar de ETA, para que declare sobre su participación en el asesinato.

Es la primera vez que el magistrado acepta llamar a declarar al etarra, después de que el Ministerio Fiscal reclamara el 17 de agosto de 2015 que se reabriera el sumario y solicitara la práctica de diligencias para acreditar la participación de Carrera Sarobe en el crimen.

En la comisión rogatoria se incluye, además de la declaración del etarra, la práctica de una rueda de reconocimiento en la que participará el hijo del fallecido. El magistrado había pedido a las autoridades francesas que las dos pruebas se realizaran en España con una entrega temporal del etarra, pero como Francia no respondió sobre el traslado, el fiscal pidió la comisión y el juez optó por solicitar al país vecino realizarlas allí.

El desplazamiento a Francia del magistrado, la letrada de la Administración de Justicia, el funcionario asignado a la causa y el fiscal tendrá unas características similares al que se llevó a cabo para la declaración de la propietaria del chalé de Lyon donde fue secuestrado Publio Cordón. Todavía no se ha fijado la fecha de este desplazamiento, según fuentes jurídicas.

El etarra del comunicado

Aun así, cuando se van a cumplir 17 años del asesinato de Giménez Abad el próximo domingo, todavía no se ha llamado a declarar a ningún sospechoso. De hecho, los etarras David Pla y Aitor Lorente, miembros de un comando de información que fueron detenidos en Zaragoza en julio de 2000, tras recabar datos de políticos aragoneses durante ocho meses, no declararon sobre su seguimiento a Giménez Abad. Ambos quedaron en libertad y Pla fue uno de los tres etarras que promulgó el cese de la actividad de ETA el 20 de octubre de 2011.

Las prisiones de acercamiento

El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero utilizó la prisión de Zuera, en Aragón, así como la de Villabona (Asturias), para el acercamiento de presos al País Vasco en el proceso conocido como Vía Nanclares para intentar romper el movimiento de los terroristas dentro de las prisiones. A finales de noviembre de 2011, el centro zaragozano acogió a 16 presos de la banda terrorista.

Entre ellos se trasladó a los históricos José Luis Urrusolo Sistiaga, Carmen Guisasola, José Ramón Martínez García, Koldo Aparicio y Francisco Múgica Garmendia, ‘Pakito’. Los dos primeros, Urrusolo y Guisasola, ya están en libertad.

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