Judiada, música y hermandad en la ribera del Perejiles

Vecinos de ocho pueblos celebran de forma rotatoria cada año una comida popular por San Jorge.

La organización repartió judías entre los asistentes.
La organización repartió judías entre los asistentes.
Macipe

Alrededor de 250 kilos de judías, 100 de careta troceada, 40 de papada, 80 de chorizo, 50 cebollas, 125 ajos y 50 litros de aceite de oliva. Este es el plato fuerte –nunca mejor dicho– de la celebración del día de San Jorge en la ribera del Perejiles y que este lunes tuvo lugar en Orera. Desde que en 1984 nació esta fiesta, cada año se organiza en una de las ocho localidades de esta particular mancomunidad, de la que forman parte también Belmonte de Gracián, Mara, Miedes, Ruesca, Sediles, Torres y Villalba de Perejil.

"Es un motivo de orgullo para los que participamos y es una cita que ha ido cambiando con los años, desde que se inició en Miedes", explicó el alcalde del pueblo anfitrión, Juan Luis Gómez. este lunes, en el almacén cercano al pabellón se dispusieron las 30 calderas –cuatro por cada pueblo, aunque dos quedaron en reserva– en las que se prepararon casi 2.500 raciones de judías. "Cada año le toca a un pueblo organizar y viene gente no solo de la ribera sino de muchos otros sitios", puntualizaba Gómez. La primera vez que le tocó a Orera fue en 1986 y este lunes contaron con la ayuda de unos 70 voluntarios.

Entre los fogones, había media docena de personas coordinadas por José Manuel Gil, de Miedes. "Llevo dos días preparando todo con el carnicero, para cortar carne, y la noche del domingo pusimos a remojo las judías", detallaba. A lo largo de la jornada, deslucida por la lluvia, los presentes también pudieron disfrutar de varias actividades, incluida una verbena con orquesta. "Nuestros hijos juegan juntos al fútbol y hemos venido por primera vez a pasar el día", aseguraba Beatriz Sánchez, de Terrer. También había vecinos de Calatayud, como Belén Velilla, quien recordaba que "es un día muy agradable, porque se crea un gran ambiente". Juan José Longares y Luis Miguel de Pablo suelen acudir también todos años al pueblo que toca.

José Manuel García, como portavoz de un nutrido grupo de Torres, defendía que "es un día entretenido y de armonía". Jesús Calvo, de Ruesca, aseveraba: "Ya lo tenemos como una fiesta nacional". Reconoció además: "Cuando es en tu pueblo vas más liado para ayudar con las perolas o los aparcamientos, pero cuando es fuera tienes menos faena". Según Jesús Manuel Martín, de Mara, "es una tradición importante y todos los años acudimos".

Como anfitriones, los vecinos de Orera, como Ana Bueno, indicaban estar "ilusionados". José Ignacio Catalán, acompañado de su grupo de amigos, explicó que siempre van a la localidad que lo celebra. Para Cristina y Mercedes Betancort se trata de "una oportunidad" para estar con la familia y pasarlo bien: "Y más cuando cae bien de fecha". De la misma opinión se mostró Marimar Francés, de Pastriz, que dijo: "Mi madre es de aquí y, aunque ella no ha podido venir, hemos aprovechado para pasar el día".

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