Por
  • Víctor Orcástegui

Pasa la riada

Crecida del Ebro.
Crecida del Ebro.
Guillermo Mestre

Pasa la riada, fuerte, pero menor de lo que se temía, y deja una víctima, Manuel Lázaro, el pastor de Codos que fue arrastrado por el Grío el pasado jueves. Pero, cuando se haga el balance, la crecida del Ebro habrá causado también importantes daños económicos. Los sufrirán, sobre todo, los agricultores y ganaderos de la ribera, con cosechas perdidas e instalaciones dañadas. Y quedarán atrás, asimismo, horas de preocupación y de angustia en los pueblos, que han visto las aguas extenderse, inundar los campos y acercarse a las casas. Los servicios de emergencia, Guardia Civil, UME, Protección Civil, Bomberos, han hecho su labor, evitando sobre todo que se pusieran más vidas en peligro y echando una mano en todo lo posible. Ahora harán falta también ayudas económicas, que no debieran retrasarse. La avenida pasa y alimenta los embalses, pero no significa que en Aragón andemos sobrados de agua, un runrún reiterado que ya empieza a escucharse, como ocurre cada vez que el río se desborda. La alternancia de sequías e inundaciones es el sino de nuestra tierra, cuanto más inteligentemente nos adaptemos a ello, mejor futuro tendremos.