Impulsos

XII Concurso de relato breve de Heraldo
XII Concurso de relato breve de Heraldo

Martina no esperaba nada. Se había cansado de sentir las cosas con tanta intensidad como para que sus fuerzas flaquearan a diario. Cogió la cazadora, salió de casa y, dando un portazo, lo dejó todo atrás.

Hacía un día fantástico. Saboreando una enorme bola de helado, Mikel se dirigió hacia la Plaza del Justicia. Escogió el mejor banco, con vistas a las calles Santa Isabel y Manifestación y, sentado mientras se deleitaba mordisqueando el barquillo, la vio.

Andaba decidida, con paso firme y fuerte, clon, clon, clon. Mikel observó atento hasta que la sombra de su silueta desapareció por la calle del Buen Pastor. Como movido por un resorte, se levantó tratando de seguir el ritmo marcado.

Clon, clon, clon. Mierda, tengo que volver a hacer deporte y cuidarme un poco. Se acabó el helado.

Nada más cruzar el umbral, el retablo de la Iglesia de San Pablo irrumpe imponente, brillante. Se sienta en uno de los bancos próximos al altar.

Clon, clon, clon. Pensaba que la había perdido.

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