Aragón tatuado en el alma
NOTICIA
Había amado Aragón cuya orografía conocía palmo a palmo, al igual que nuestra historia, nuestra cultura, nuestras costumbres, nuestro carácter (con el que tan bien había encajado siempre pese a no haber nacido aquí), y nuestros festejos (motivo por el cual la vida y el trabajo le trajeron de bien joven a estas tierras). Hoy, a sus casi cien años, tocaba despedirse, cerró los ojos y vio en su vida Aragón pasar. Zaragoza la inmortal, con su cierzo, con su jota, su Pilar. También Huesca, blanca y verde que lo supo conquistar. Teruel, el mudéjar, el tambor, los amantes y el jamón .
Suspiró por última vez y aún alcanzó a susurrar . Tanto me ha dado esta tierra que no la quisiera dejar .
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