La punta de la crecida retrasa su llegada a Zaragoza, donde estará pasando toda la tarde

La capital se protege para recibir una avenida de 150 metros cúbicos menos que la de 2015. La subida del freático puede causar afecciones.

El Ebro, este sábado, a su paso bajo el puente de la Ronda Norte.
El Ebro, este sábado, a su paso bajo el puente de la Ronda Norte.
Laura Uranga

La capital aragonesa lleva días preparándose para recibir la punta de una avenida extraordinaria que según las últimas previsiones de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) vuelve a retrasar su paso junto al Pilar. Los técnicos habían previsto que lo hiciera sobre las 11.00, pero han actualizado sus cálculos y ahora estiman que lo haga durante la tarde. De hecho, lo hará de forma mucho más tranquila y estará pasado durante varias horas.

El Ebro traerá esta vez unos 150 metros cúbicos por segundo menos que en la riada de 2015, pero Policía Local, Bomberos, Protección Civil, Servicios Públicos, Infraestructuras y Servicios Sociales están movilizados para hacer frente a cualquier contingencia.

Crecida del Ebro en Ranillas

El efecto laminado y la pérdida de fuerza de la corriente han retrasado la llegada de la punta de la crecida, que en principio se esperaba para la pasada madrugada. Basándose en los últimos datos de aforo recogidos en Tudela y en el nuevo modelo de previsión que se está desarrollando con la Universidad de Zaragoza, la CHE calcula que el río llegará a alcanzar a su paso por la ciudad entre 5,6 y 5,9 metros. En cuanto al caudal, los técnicos hablan de una horquilla de entre 2.100 y 2.300 metros cúbicos por segundo, niveles inferiores a los registrados en 2015 (6,10 metros de altura y 2.448 metros cúbicos) y más similares a la riada de 2003 (5,76 metros de altura y 2.237 metros cúbicos).

Este domingo, a las 8.00, el Ebro pasaba por Zaragoza con 5,28 metros de altura y 1.997 metros cúbicos por segundo, 13 centímetros y 70 metros cúbicos más que el sábado a la misma hora, según informa la Confederación Hidrográfica del Ebro. El nivel del río sigue creciendo a la espera de la llegada de la punta de la avenida.

Una vez que la crecida haya rebasado el término municipal de Zaragoza camino de los municipios de la ribera baja, el río irá recuperando poco a poco sus valores normales y el próximo jueves, 19 de abril, habrá reducido ya su caudal prácticamente a la mitad: 1.139 metros cúbicos por segundo.

El dispositivo establecido por el Plan Municipal de Protección Civil está funcionando con normalidad y haciendo frente a las incidencias que se producen en los puntos conflictivos del cauce.

Se mantienen las recomendaciones de seguridad para la ciudadanía, así como el ruego de retirada de vehículos de los garajes de La Almozara, Actur y Vadorrey próximos al cauce del río.

Primeras afecciones

El desbordamiento del río Ebro ha obligado ya a adoptar medidas, como el desalojo preventivo de algunos vecinos de urbanizaciones de la huerta de Movera y el Soto de Peñaflor. El pasado viernes se reubicó también a los ancianos de la residencia de Monzalbarba. Las mayores afecciones se producen siempre en los barrios rurales, donde se ha estado reforzando motas, protegiendo granjas y allanando caminos. Como ocurrió durante la última gran crecida, el agua ha anegado el acceso a Alfocea, por lo que el Ejército ha habilitado una entrada provisional por el campo de maniobras de San Gregorio y está escoltando a los vecinos que quieren entrar y salir del barrio.

La Policía Local de Zaragoza necesitaba contar con el mayor número posible de efectivos para afrontar cualquier adversidad, de ahí que el Consistorio optase por suspender el maratón y la carrera de 10 kilómetros que se iban a celebrar este domingo y para los que había más de 1.800 corredores inscritos.

Otra de las medidas adoptadas por el Consistorio fue el cierre del Parque del Agua y la cancelación de todas las actividades que estaban programadas en el recinto durante el fin de semana, incluida una acampada de grupos de scouts, que han sido reubicados en el campin municipal. Durante estos días, tanto las brigadas de mantenimiento como las empresas concesionarias del parque se han dedicado a proteger todos aquellos elementos susceptibles de ser arrastrados por el río.

En instalaciones deportivas situadas en las riberas del Ebro como el Club Natación Helios, el Tiro de Pichón o el Soto también optaron el viernes por el cierre y esperan que la crecida cause los menores daños posibles.

La subida del nivel freático podría afectar a los garajes de los edificios más próximos al curso del Ebro, por lo que los Bomberos han recomendado sacar los vehículos de las plantas más bajas y retirar o poner en alto los objetos valiosos almacenados en los trasteros. Por este mismo problema, se ha clausurado el museo del Foro Romano.

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