Nada más levantarnos de la cama, antes de salir de casa, cuando vemos a un amigo por la calle, para saludar a nuestra pareja, como una señal de alegría o para despedir a otra persona. Estos son solo algunas de las múltiples razones por las que cada día besamos a los que nos rodean. Un acto que repetimos con cierta frecuencia (unos más que otros), prácticamente de manera diaria, y que hoy cobra especial relevancia gracias al Día Internacional del Beso.

Pero, ¿por qué celebramos este día? Sus inicios parecen remontarse a Pattaya, Tailandia, en 2013.

Aunque todavía no hayas puesto en práctica las claves para dar el beso perfecto, lo cierto es que los tipos pueden ser de lo más variado: con lengua, sin lengua, de película, pico, succionado, ruidoso, húmedo, sexual, en la frente, traicionero...

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