La oposición

Una parturienta que abandona el hospital apenas unas horas después de dar a luz para intentar llegar a tiempo al examen, autobuses fletados desde distintos puntos de España, hijos acompañando a las madres, familias completas dando ánimos; así, hasta 10.200 historias diferentes que este domingo tuvieron su epicentro en Zaragoza, donde se desarrolló una de las mayores oposiciones que se han celebrado jamás en la Comunidad. Un total de 861 plazas de Enfermería disponibles para los mejores; el resto tendrá que volver a la diáspora de las carreteras para intentarlo en otra comunidad, para trabajar en otros hospitales. Esta es la realidad del mercado laboral español. El personal se lanza allí donde puede para hacer lo que puede. Cuando nuestros representantes esgrimen los magníficos datos macroeconómicos, se les olvida ver las fotografías de oposiciones como la de Zaragoza, una oleada de aspirantes a un empleo, personas de todas las edades empleándose a fondo en el pupitre para arrancar el trabajo fijo soñado. La multitudinaria oposición de Enfermería en Aragón debería hacernos reflexionar sobre las verdaderas carencias del mercado laboral.