Aumenta el turismo mientras se reduce cada vez más la oferta de alojamiento y restauración

El número de visitantes que eligen el Aranda como destino turístico sigue creciendo. Un dato positivo que, sin embargo, contrasta con el importante número de bares y restaurantes que han cerrado en los últimos años y los alojamientos turísticos de carácter municipal o privados que no terminan de arrancar.

Según revelan los últimos datos esgrimidos desde el área de Turismo de la comarca, aumenta el interés por esta zona zaragozana, si se tiene en cuenta la gente que se acercó a alguna de las oficinas de turismo que están repartidas por la delimitación. Concretamente, durante 2017, un total de 7.332 personas solicitaron información en estos servicios, 258 más que en 2016, según informaron fuentes de la institución comarcal.

El turismo comercial, ligado a la compra de calzado en los almacenes de calzado de Illueca y Brea de Aragón en primer lugar, y el interés por conocer el patrimonio arquitectónico y paisajístico de sus municipios y del resto de la comarca del Aranda, en segundo, son las ganchos principales para que cada año sean más, las personas que optan por visitar este territorio.

Respecto al albergue del convento de los Dominicos de Gotor, desde hace unos meses el Consistorio busca a alguien que se haga cargo de gestionarlo tras quedar desierta la última convocatoria. Desde su puesta en marcha han sido varios los empresarios que han estado al frente de estas instalaciones que también ofrecían servicio de restauración. Caso similar se repite en Calcena, donde el Ayuntamiento buscan a alguna empresa o vecino que quieran continuar con el negocio del albergue. El contrato actual venció hace unos días.

"Mantener un negocio de estas características en un pueblo pequeño en los tiempos que corren es complicado. Hay que moverse mucho y minimizar al máximo los gastos", asegura Pilar González, propietaria junto a su marido Javier Jordán, de la Casa Rural Maidevera, el primer establecimiento de estas características que se abrió en la comarca hace ahora 19 años.

En Illueca no existe ningún tipo de oferta de alojamiento, a pesar de ser el municipio más visitado de todo el Aranda. La pensión que había cerró hace unos años por jubilación y no ha habido relevo. La Hospedería Papa Luna, único establecimiento de tres estrellas en toda la delimitación comarcal, está cerrado desde el pasado mes de octubre. Un obstáculo no solo para los turistas sino también para los propios empresarios de la zona.

"Si viene a la empresa algún cliente, representante o cualquier otro tipo de agente tienen que alojarse en Calatayud, La Almunia o incluso en Zaragoza, una cuestión que además reduce los tiempos de trabajo. No es lo mismo que si están hospedados aquí en Illueca", comentan desde la asociación de fabricantes del calzado, refiriéndose a la Hospedería Papa Luna.

Los bares, restaurantes y locales nocturnos tampoco han sido ajenos a la crisis económica unida a la difícil situación que atraviesa la industria del calzado, principal bastión económico de esta zona. A lo largo de la última década han sido varios los que han echado la persiana y salvo excepciones no la han vuelto abrir.

Un fenómeno que ha hecho que los ayuntamientos de las poblaciones de mayor tamaño, ofrezcan alternativas para el ocio nocturno y la restauración, convirtiendo sus pabellones en discotecas nocturnas o salas de banquetes para las celebraciones de bodas, bautizos y comuniones. Y es que, a día de hoy, en el Aranda, no hay un local abierto que permita acoger una celebración de más de un centenar de comensales en toda la comarca. Una situación que ha originado que los vecinos se marchen fuera para celebrar este tipo de eventos o bien lo hagan en otro tipo de espacios –naves industriales o locales– requiriendo los servicios de catering.