Marracos: a la espera del albergue

Marracos celebrará en apenas dos meses el vigésimo aniversario de su titularidad municipal tras desgajarse de Piedratajada; solo Villamayor se ha constituido después como tal en Aragón.

Los dos últimos alcaldes de Marracos hasta la fecha, Eduardo López (delante) y Antonio Artaso (el actual), detrás.
Los dos últimos alcaldes de Marracos hasta la fecha, Eduardo López (delante) y Antonio Artaso (el actual), detrás.
Laura Uranga

Marracos es municipio desde el 30 de mayo de 1998, el segundo más joven de Aragón (hace el número 730) después de Villamayor. Hasta ese momento y durante muchos años, concretamente desde 1845 (porque antes fue al revés) era pedanía de Piedratajada. Después de mucho insistir, este pueblo de las Cinco Villas logró su objetivo y se deslindó del municipio vecino para formar ayuntamiento propio. Antonio Artaso Sanmartín es el actual alcalde y sucedió en el cargo a Eduardo López Torralba, carpintero del pueblo durante décadas. En el último lustro han afrontado problema severo: la contaminación por lindano, que condicionó el uso de agua de boca hasta hace dos.

José Manuel Bolea fue el abogado que llevó el proceso de segregación que desgajaría administrativamente a Marracos de Piedratajada; la plaza del Ayuntamiento (donde hay un futbolín comunal y gratuito protegido por un tejadillo) lleva su nombre. Es hijo del primer presidente de la Diputación General de Aragón, Juan Antonio Bolea Foradada. Por amistad con el antiguo alcalde, el malogrado José Otal, asumió el reto con especial cariño. "Hizo un gran trabajo –apunta Antonio– y seguimos teniendo una excelente relación con él. Fue un paso que se llevaba intentando dar desde siempre. Somos pueblos vecinos, ellos eran la cabecera del municipio y siempre nos sentimos un poco a remolque. Y ojo, mi mujer es de Piedratajada, no tengo en absoluto malas palabras para ellos, pero era una cuestión que iba más allá de las personas. El aporte económico de La Central del Salto del Lobo, por ejemplo, era clave en el presupuesto del municipio, y lo sigue siendo ahora para Marracos".

Marracos: a la espera del albergue

Eduardo se jubiló hace diez años y su hijo, que también se llama Eduardo, ha cogido el relevo en la carpintería. "En casa –apunta el patriarca de la familia– siempre fuimos agricultores, teníamos también una granja de terneros, pero creo que nací carpintero. Estuve una temporada trabajando en Zaragoza y luego ya siempre aquí. He tratado de enseñarle lo que sabía a mi hijo, y la verdad es que lo hace muy bien. Trabaja por toda la zona, también en Zaragoza. Ahora se va a casar, después de muchos años con su novia, nos acaba de dar la noticia". "Le gusta hacer las cosas bien, y además es muy formal", afirma Antonio.

En Marracos cerró la escuela. La logística educativa requirió entonces de acuerdos intercomarcales. "A los niños les correspondía subir a Sos para muchos días, una situación extrema por la distancia. Se habló con la Hoya de Huesca y el centro de Gurrea de Gállego pasó a ser nuestra referencia. El instituto que nos toca es el IES Pirámide de Huesca", explica el alcalde, que también ambiciona mayor atención médica en su municipio. "Solo tenemos un día a la semana, otro estaría bien; pertenecemos al centro de salud de Luna".

La tradición de los caleros en Marracos

La tradición de los caleros en Marracos es uno de los hitos más llamativos de la historia loca en el segmento de los oficios tradicionales. La tarea artesana que realizaban estos vecinos consistía en convertir la piedra caliza en cal, que servía para blanquear papel en una factoría cercana. La piedra se sometía a un tratamiento (realizado sobre todo en primavera y otoño) en hornos cilíndricos recubiertos de arcilla, detalle que evitaba la dispersión del calor. Constaba de un poyete para depositar las piedras en forma abovedada y una abertura inferior para el fuego, que se alimentaba durante tres días seguidos para efectuar la calcinación. Al tercer día se dejaba de alimentar el fuego y se tapaba la abertura con una chapa para que la cal se ‘recociese’. Había que dejar reposar la cal una semana en ese encierro antes de recogerla. Entre sus otros usos destacaban la elaboración de pintura para frescos, la cauterización de árboles tras la poda, el blanqueo paredes o la impermeabilización de estanques.

LOS IMPRESCINDIBLES

Lisardo de Felipe

El periodista marraquino condujo junto a Conchita Carrillo el matutino ‘Despierta, Aragón’ de la SER y fue jefe del Gabinete de Prensa de las Cortes de Aragón. También tiene raíces aquí su colega de profesión Lola Ester.

El Salto del Lobo

Esta tubería de 45 metros de desnivel cae sobre el Gállego y mueve cuatros grupos hidroeléctricos. Genera una corriente trifásica de 3.000 voltios; abastece a Zaragoza y varios pueblos del Bajo Gállego, Cinco Villas y la Violada.

El futuro albergue

El año que viene, Marracos abrirá un albergue, que será la única oferta de turismo rural en el municipio. Tendrá dos habitaciones con literas y el aforo previsto será de unos diez huéspedes. Actualmente hay bar-restaurante.

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