Una hermosa postal de almendros en flor desde la cima del Puchilibro

El pico Puchilibro domina la conocida como sierra Caballera y nos brinda unas vistas inigualables tanto del Pirineo como de la Hoya de Huesca y sus campos teñidos del blanco de la flor de almendro.

Almendros en flor en los campos de Biscarrués.
Almendros en flor en los campos de Biscarrués.
Lola Giménez

La primavera acaba de llegar y aunque no nos hemos librado de las bajas temperaturas, el blanco está llegando a los paisajes del reino de los Mallos no de la mano de la nieve sino de la flor de los almendros. La primavera está en el aire y se puede escuchar: “El florecer de las plantas marca el despertar de muchos insectos tras el parón invernal. El zumbido de las abejas inunda los campos que comienzan a llenarse de pequeños brotes”, dice Chema Sopeña, presidente de la asociación Reino de los Mallos.

El Reino de los Mallos “ofrece unas condiciones optimas para el desarrollo del cultivo del almendro siendo este uno de los frutales más cultivados por los agricultores de la zona”, afirma Sopeña. En los últimos años, su flor “atrae a más y más amantes de la naturaleza que buscan bonitas fotos de paisajes teñidos de blanco o simplemente un paseo entre los campos repletos de almendros”, añade.

Recientemente, Ayerbe celebró su tradicional Caminata de la flor de almendro, pero también Biscarrués, Murillo… y otras localidades de este entorno ofrecen estas bellas estampas en sus campos. Dominando esta zona se encuentra el pico Puchilibro, cuya ascensión recomienda Sopeña para disfrutar de “unas bonitas vistas de los campos de almendros que pueblan la ladera sur de la sierra de Caballera”. “Su posición privilegiada en la divisoria entre la Hoya de Huesca y el Valle del Garona, y su altura de 1595 metros -continúa- confieren a este pico una visión de 360 grados sobre el entorno del Reino de los Mallos además de una vista panorámica de San Juan de la Peña, Peña Oroel y la cara sur del Pirineo”.

Pese a esos 1595 metros de altitud, no se trata de una ascensión muy exigente, ya que la ruta que proponemos sale del aparcamiento del castillo de Loarre, con lo que solo hay que salvar unos 520 metros de desnivel y recorrer 7,5 km de ruta circular. La ruta se encuentra señalizada como pequeño recorrido (PR) con marcas blancas y amarillas.

La ruta parte desde las inmediaciones del aparcamiento del castillo de Loarre. Junto a la carretera de acceso al castillo, un poste indicador marca el arranque de los senderos de Pequeño Recorrido hacia Rasal y el Pico del Puchilibro. Paralelos al pinar, se asciende hasta un gran campo situado en la parte superior, donde el camino antiguo se pierde, debiendo atravesar el mismo hasta encontrar al otro lado una pista y el poste indicador con los desvíos de las sendas hacia Rasal y el Puchilibro.

Se comienza a ascender por la margen derecha de una pequeña vaguada, y en la parte superior de la senda, cuando el cerrado bosque de pinos comienza a aclararse, se sale a la pista de Loarre a La Paúl de Aniés y el Puzo.

Tras discurrir unos metros por la pista en dirección este, se coge de nuevo la senda que se traía a mano izquierda, justo en un pequeño talud de la pista. En ligera subida se alcanza una arista rocosa por la que se sigue la ascensión hasta el pico. Con fuerte pendiente de ascenso y con cada vez mejores vistas sobre el llano, se alcanza la plataforma superior de la cresta cimera del Puchilibro.

En esta plataforma, cubierta completamente de erizones y algún pino suelto, se encuentra la senda por la que se desciende posteriormente hacia la arista oeste, para seguirla hasta alcanzar la cumbre del Pico de Puchilibro, y su vértice geodésico.

El retorno de nuevo hasta el castillo de Loarre se hace por el sendero del camino de Rasal. Para ello, desde el pico se desciende hasta la plataforma de unión del desvío anteriormente citado. Tomando en este caso el ramal que desciende por la cara oeste del pico, la senda sale a la pétrea arista oeste, y tras andar un corto tramo por ésta, se coge otra senda ya mucho mejor trazada que entre pinar lleva a la pista asfaltada del repetidor y a la pradera conocida como Plan de Lugas, dejando a un lado el desvío hacia Rasal y para unirse al antiguo camino de Loarre a Rasal.

Comienza la senda a bajar por entre erizones y abundante vegetación, siguiendo paralelamente el trazado de una línea eléctrica con postes de madera. Se gana así un falso collado tras los mallos de Loarre, desde el que la senda aprovecha una pedrera para bajar rápidamente hasta el pinar y salir de nuevo al cruce de caminos junto al campo cercano al castillo de Loarre. Desde este punto y volviendo a atravesar de nuevo el gran campo, se sale nuevamente al aparcamiento del castillo.

La ruta se ha realizado siguiendo las indicaciones de la web de Senderos Turísticos de Turismo de Aragón.

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