Este miércoles, Bienvenida sopla 107 velas. Nació en la localidad zaragozana de Nigüella un 21 de marzo de 1911. Su larga vida constituye todo un recorrido por la historia desde que vino al mundo, un par de meses antes de la botadura del 'Titanic'.

Desde entonces, esta aragonesa centenaria ha realizado un viaje cargado de alegrías, alguna tristeza y mucho trabajo y esfuerzo. Se casó dos veces y tuvo tres hijas -una de ellas falleció-. Hoy, son María Jesús y María Luisa las que cuidan de ella.

"Para llegar a esta edad hay que comer bien. Farinetas, judías, migas... Eso es lo que yo he hecho durante todos estos años. Y lo sigo haciendo", relata Bienvenida.

Recuerda cada episodio de su vida: "Trabajé como limpiadora en colegios como el Luis Vives o el colegio Rosa Arjó; también limpié trenes. Y estuve al servicio en varias casas, en Barcelona, y también en la de Pedro Ramón y Cajal, en el número 12 de la calle de Costa, en Zaragoza", añade.

Su cabeza no falla. "Se sabe de memoria hasta el teléfono de la peluquería y el nombre de varios alcaldes de Zaragoza que conoció", apunta su hija María Luisa.

"Soy una máquina. He trabajado lo que nadie sabe. Noche y día. Nunca falté a mi deber por enfermedad. Solo he tenido algún que otro resfriado", afirma Bienvenida.