Un zaragozano reconoce que robó 84.692 € en tabaco a su empresa en solo cuatro meses

El empleado, que trabajaba en el estanco de un centro comercial de la capital, sustraía las cajetillas y se las entregaba en el parquin a un amigo, que las vendía después a un tercero a bajo precio.

Los tres acusados lograron que les rebajaran la pena al reconocer los hechos.
Los tres acusados lograron que les rebajaran la pena al reconocer los hechos.
HA

Un trabajador de El Corte Inglés reconoció este lunes ante el juez haber sustraído cajetillas de tabaco del estanco por importe de 84.692 euros entre junio y octubre de 2015. Esta mercancía, junto a colonias y perfumes valorados en otros 3.987 euros, se la entregaba de manera periódica en el aparcamiento del centro comercial a un amigo que lo cargaba en su coche y se lo llevaba a su casa. Después, este se lo vendía a un tercero a un precio inferior al de mercado. De esta forma, los tres acusados obtenían un beneficio ilícito.

La Fiscalía solicitaba inicialmente para los tres inculpados penas de entre dos años y dos años y medio de cárcel. Pero, al admitir los hechos y pagar 80.000 euros de responsabilidad civil, accedió a rebajar su petición a once meses de prisión para el trabajador y su amigo, defendidos por la abogada Olga Oseira, y de nueve meses para el receptador de la mercancía robada, representado por el letrado Javier Osés.

Según las acusaciones, Alejandro L. J., que fue contratado por El Corte Inglés en 2010, aprovechando su condición de empleado se apoderó de miles de cajetillas de tabaco. Su trabajo consistía en reponer los productos del estanco, prensa y perfumería, razón por la que tenía acceso a los almacenes donde se guardaban. Eso le permitió ocultar las cajetillas de tabaco en cajas que tapaba con las revistas que debía devolver al departamento de prensa y trasladarlas al almacén de perfumería y cosméticos que están en la tercera planta del aparcamiento.

Una docena de veces

Entre el 6 de junio y el 10 de octubre de 2016, las cámaras del aparcamiento grabaron cómo Álvaro A. G. entraba con su vehículo cuando el centro abría sus puertas y aparcaba en el parquin 3, donde le esperaba Alejandro L. J. para cargar la mercancía. Acto seguido, Álvaro A. G. salía con su turismo. Esta operación la repitieron en una docena de ocasiones en esos cuatro meses.

El 10 de octubre, después de que el registro de matrículas detectara el vehículo sospechoso, los encargados de seguridad alertaron a la Policía. Agentes del Grupo de Hurtos los detuvieron cuando se disponían a apropiarse de varias cajas de tabaco por valor de 6.907 euros. En los registros domiciliarios que se llevaron a cabo posteriormente, los policías recuperaron perfumes valorados en 3.987 euros.

Cuando fueron detenidos, ambos reconocieron ante la Policía que llevaban un tiempo sustrayendo mercancía y que se la vendían a Lario G. D. a 3,20 euros la cajetilla de Marlboro y a 2,80 euros el resto y que este la revendía después en la calle. Los tres reconocieron ser autores de un delito continuado de hurto y otro de receptación, respectivamente.

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